El keniano Eliud Kipchoge quiere entrar este sábado a la carrera en la historia del atletismo. Su objetivo es reventar el crono para ser el primero en completar una maratón en menos de dos horas.
EFE
El fondista, récord mundial de maratón (2h01:39), será el protagonista en solitario de una carrera hecha a su medida, en la que contará con ayudas externas no permitidas por la Federación Internacional de Atletismo y, por tanto, su marca no será homologada.
El keniano, de 34 años, asegura que en Berlín corrió por romper un récord, pero que en Viena lo hará para entrar en la historia y para inspirar a toda una generación.
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Para batir la legendaria barrera de las dos horas Kipchoge espera correr desde el principio a un ritmo constante de 2 minutos 50 segundos por kilómetro. Eso supone hacer cada 100 metros en 17 segundos. Una media de más de 21 kilómetros por hora.
El fondista ha dicho que quiere que su gesta sea una fuente de inspiración para los jóvenes y compara el posible hito con la llegada del hombre a la Luna.
Para lograr su objetivo el fondista debe ser 26 segundos más rápido que en Monza y 100 segundos más veloz que en Berlín.
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Kipchoge no quiso abordar las críticas de algunos que consideran que la carrera de mañana no es un maratón pese a sus 42.195 metros debido a las ayudas externas con las que contará.
La prueba tendrá lugar en el parque vienés del Prater, en un circuito completamente llano de 9,6 kilómetros, del que la inmensa mayoría del recorrido es recto.
El atleta sólo ha sido derrotado en una ocasión de un total de 12 maratones -un segundo puesto en Berlín 2013-. Este sábado, con liebres de postín, no tendrá otro competidor más que el crono.
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