La década de los Grand Slams terminó de la misma manera como cerró la previa, con los tres mismos individuos al frente del ranking.
Al final de 2009, Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic estaban en la cima del ranking masculino. Una década después, los tres siguen en lo más alto con un orden distinto, Djokovic primero, Nadal pisándole los talones y Federer más atrás.
Los tres tienen un dominio dictatorial, llevándose 51 de los últimos 59 títulos de Grand Slam, incluyendo los últimos 12. Desde Marin Cilic en el Abierto de Estados Unidos de 2014 no surge un campeón distinto.
Eventualmente, alguien más joven emergerá y se producirá un cambio. Pero no se vislumbra que será pronto. Hasta donde tengan capacidad y ambición, los tres de arriba no piensan aflojar para dar paso a un cambio de guardia.
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Fue lo que recordó Nadal tras su épica victoria 7-5, 6-3, 5-7, 4-6, 6-4 sobre Daniil Medvedev en la final del US Open la noche del domingo, para conquistar su décimonoveno trofeo de Grand Slam y cuarto US Open.
“La transición hace tiempo que está en camino, lo que pasa es que nosotros seguimos aquí”, afirmó Nadal, quien en junio elevó a 12 su récord de coronas en el Abierto de Francia. “Seguimos luchando por las cosas que nos ilusionan. El tenis, el físico y la cabeza de momento nos responde”.
En vez de discutir si saldrá un veinteañero que acabe con la hegemonía de los «tres grandes», el interés se enfoca en cuál de ellos acabará como el hombre con más títulos de Slam en la historia.
Era absurdo imaginarse que un jugador en activo sería capaz de superar a Federer. Después de todo, el suizo no sólo dejó atrás el récord previo de Pete Sampras (14), sino que lo estiró hasta los 20.
Pero tanto Nadal como Djokovic no ceden en el pulso. Tras su victoria en Flushing Meadows, el español quedó con el margen más ajustado frente a Federer en 15 años. Djokovic, quien este año se consagró en el Abierto de Australia y Wimbledon, suma 16.
El factor edad parece favorecer a los perseguidores. Federer, quien desperdició dos bolas de partido con su saque ante Djokovic en la final de Wimbledon, tiene 38 años. Nadal cuenta con 33, mientras que Djokovic es un año más joven.
Nadal también optó por dosificarse más en las canchas duras. El español lleva 11 torneos disputados, renunciando al Masters de Cincinnati tras coronarse en Montreal la semana anterior.
“Se encuentra en una mejor posición ahora”, comentó Francisco Roig, uno de los entrenadores de Nadal tras la victoria en 4 horas y 50 minutos ante Medvedev, un ruso de 33 años. “Pero todos ellos siguen ganando torneos. Falta mucho, pero Rafa es quien está mejor posicionado”.
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Primer hombre que conquista cinco grandes tras pasar de los 30 años, Nadal admite que le apetece completar su carrera como el número en la tabla histórica de Slams, pero que tampoco se desvive por ello.
“Yo juego por mi historia”, proclamó Nadal antes de reflexionar a fondo sobre la gran batalla entre los Tres Grandes.
“Entiendo el debate y es bueno para el tenis, porque crea interés que haya tres jugadores que estemos haciendo algo que no se había hecho nunca hasta el momento”, afirmó. “Lo que pasa es que yo interiormente no puedo vivirlo así o creo que me equivocaría si fuese así, porque si no uno vive en un estado de tensión y de presión todo el día, creo que no me dejaría ser feliz”.
Y remató: “La ambición es buena, pero la ambición desmesurada, yo creo que es mala. Tiene que ser sana porque cuando deja de serlo corres el peligro de dejar de ver el mundo de una manera positiva”.
Federer se quedó con las manos vacías en la repartición de grandes este año y su eliminación en los cuartos de final del US Open al perder en cinco sets ante Grigor Dimitrov reflejó vulnerabilidad tras acabar aquejado por una molestia en la espalda.
Pero no se debe dudar del espíritu combativo lo que consignó su revés contra Dimitrov. “No tengo una bola de cristal”, respondió cuando un periodista le preguntó si se veía en condiciones otro Slam a los 38. “Creo que he tenido una temporada positiva. Ahora es decepcionante, pero me voy a levantar”.
Medvedev y el italiano Matteo Berrettini, ambos de 23 años, alcanzaron las semifinales. Pese a una floja segunda mitad de la temporada, Alexander Zverev, Stefanos Tsitsipas y Dominic Thiem destacan dentro de la llamada “Next Gen”.
“Puedo decir que todos nosotros estamos dando lo mejor para que se logre esta transición”, Medvedev. “Es realmente difícil, porque juegan tan bien… Cuesta mucho ganarles, incluso sacarles un set. Hasta ganarle un juego es un parto”.
AP
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