Venezuela produce cinco de los 10 mejores rones de todo el mundo, constancia de ello son los múltiples galardones internacionales que ha obtenido esta bebida. Para los entendidos, el clima tropical y los cambios bruscos de temperatura es un factor determinante en la calidad de este destilado considerado como el favorito de los millennials
Por José Silva | Diario de Caracas
El reloj marca las 7:44 de la noche del jueves y José Narváez acelera el paso. Serpenteando entre la multitud, sale presuroso de la estación Artigas del Metro de Caracas para dirigirse a su apartamento ubicado en la urbanización La Quebradita 1 al oeste de la ciudad capital. Antes de entrar a su residencia, se detiene en el “Kiosco de Miguel” y enciende un cigarrillo. Tras su primera calada inicia el relato.
De 38 años, tez morena, cuerpo robusto y mediana estatura, comenta con orgullo que ha sido un consumidor de ron “de toda la vida”. Recuerda que una de sus marcas favoritas es el Ron Pampero Aniversario de las Industrias Pampero; aunque también disfruta el Gran Reserva de un litro, cuyo nombre de pila es “Pecho Cuadrado”, perteneciente a la destilería Santa Teresa que desde 1796 funciona en el estado Aragua.
Con suma resignación confiesa que la crisis económica que atraviesa Venezuela — acentuada desde 2016 — lo obligó a buscar otros destilados más económicos como licores a base de ron, comúnmente conocidos como “gasolina” por el alto contenido de alcohol concentrado que poseen, o el nacional cocuy de penca que se suele vender, de forma artesanal, en diversos locales clandestinos de las barriadas caraqueñas.
Narváez forma parte de los “rockeros” de La Quebradita 1, un grupo de más de 30 jóvenes que otrora solían reunirse con frecuencia en ese sector durante los fines de semana en la noche para cantar, charlar y pasar el rato. Un elemento imprescindible en esos encuentros era la presentación de ron de 0,75 o 1 litro, una o dos botellas de Coca-Cola, una bolsa de hielo y vasos plásticos para preparar el coctel “Cuba Libre” con el que solían amanecer.
Aunque la mayoría de sus amigos ha emigrado del país por la situación económica, este “ronero” — como él mismo se denomina — se rehúsa a abandonar el consumo de su bebida favorita. Pese a haber reducido considerablemente su ingesta de alcohol, los viernes suele reunirse con compañeros de trabajo para hacer “una vaca” a fin de disfrutar de un “ron decente”, en lugar de optar por productos “de menor categoría”.
Durante un recorrido que realizó El Diario de Caracas por varias licorerías ubicadas en la ciudad capital, tanto en el este como en el oeste, se pudo observar que el ron es una de las bebidas que acaparan los mostradores con precios que van desde los 90.000 bolívares hasta los 650.000 bolívares (de 4 a 32 dólares aproximadamente), dependiendo de la marca, la calidad y la edad de la bebida.
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