Movilizarse en bicicleta en muchos países de América y Europa es una actividad usual y algunas autoridades fomentan el uso de este vehículo considerado ecológico por no generar contaminación ambiental.
Anggy Polanco | Diario de Los Andes
Al occidente de Venezuela, en la capital del estado Táchira cada vez más personas se ven circulando el silencioso vehículo de dos ruedas sobre el pavimento de calles y avenidas de esta ciudad tendida entre colinas como una respuesta a la escasez de gasolina y los altos costos de mantenimiento de automotores.
Por el relieve de San Cristóbal y el hecho de formar parte de un país petrolero el uso de la bicicleta se limitaba a una acción recreativa o deportiva. De hecho, es la región donde se celebra la carrera de ciclismo más importante de Venezuela que se ha extendido a otros estados cercanos, en lo que se preparan cientos de personas como disciplina y se les ve sudar en el pavimento, con un protocolo de seguridad.
Sin embargo lo que se está viendo desde que inició el año 2020 y se intensificó en 80 días de cuarentena, es que muchos sancristóbaleses se toman el asfalto con los automotores, en una ciudad con poco transporte público, sin efectivo para pagar un pasaje, sin cultura ciclística y en condiciones inadecuadas, incluso en donde muchas de sus calles son angostas, otras están colmadas de colas de vehículos en espera de gasolina y pocos demuestran respeto por los “ciclistas”.
Johnny Parra es un fotoreportero que cubre noticias en bicicleta como medio de transporte y debe hacer largos recorrido para registrar en imágenes los hechos para el único impreso que queda en la región. Cada día busca las rutas más planas de la ciudad para ahorrar en mayor medida energía corporal y llegar en el menor tiempo posible a sus destinos.
Con el aumento del precio de la gasolina tuvo que recorrer de Barrio Obrero para hacer imágenes de las estaciones de servicio. Trató de buscar una ruta plana, pasando por el Pasaje Acueducto, luego subió hasta la 8va avenida a la estación de servicio cerca a esa área y pedaleando pasó por el Viaducto Nuevo, avenida 19 de abril, hasta que llegó a las estaciones de La Concordia para cumplir con su labor.
“No se puede agarrar una bajada muy empinada por el asunto de los frenos, además aquí a todo el mundo se le dio por maneja mal y se les dio por comerse la flecha. Uno tiene que estar pendiente, yo tengo el derecho a la vía pero tengo que estar pendiente si alguien va abrirse mucho, si viene un carro en sentido contrario”, analiza el reportero.
Recuerda que antes de dedicarse de lleno al fotoperiodismo se desempeñaba a dar clases de inglés en instituciones públicas. Califica como una de las peores decisiones de su vida el trabajar 6 años en la administración pública porque a pesar de que le daban un bono de transporte solo le alcanzaba para cuatro pasajes para todo el mes. Cada vez el problema salarial del docente decaía y pasó a ser otro tachirense que caminaba para llegar a su lugar de trabajo.
“La comida comenzó a escasear en la casa, uno se da cuenta por el peso, la ropa nunca miente y la cara desencajada tampoco, me tocaba irme caminando con mi papá desde aquí (Barrio Obrero) hasta el comedor de la ULA a comer gratis y hubo un momento que la situación del comedor comenzó a desmejorar, era un recorrido de 45 minutos, 3 kilómetros 200 de ida y luego otros 3 kilómetros de vuelta”, rememora.
Usar la bicicleta en San Cristóbal con una superficie con distintos niveles hace que el ciclista tenga que hacer pausas e hidratarse, además requiere que el conductor tenga una buena condición física y este bien alimentado, pues a los mejores atletas las subidas les gana, a muchos se les ve bajarse y avanzar a pie empujando la bici.
“Esto lo hago por la parte del transporte, uno va moviéndose en ese sentido por la parte del combustible, el problema del transporte. En mis años mozos yo andaba bicicleta por deporte, practiqué rápel, montaña senderismo, uno ha variado como hobby”, dice el fotoreportero a sus 39 años, además recuerda que muchas veces llegó a su trabajo con los zapatos completamente rotos y con la única opción de esperar vacaciones o el pago de los aguinaldos para remontarlos.
En noviembre de 2019 se compró su bici, rin 26 y pagó por ella 120.000 pesos. Ahora en el medio de comunicación en el que labora sus jefes le consultan si puede cubrir algunas pautas y si es relativamente cerca acude en su bicicleta, así ha cubierto diversas pautas informativas como protestas por falta de gas.
El tránsito de ciclistas no solo ocurre dentro de la capital tachirense, también está ocurriendo entre municipios, sobre todo cuando de personas que deben desplazarse desde municipios aledaños a la zona metropolitana. Muchas no cuentan con la pericia de los ciclistas que abrazan esta disciplina como una profesión.
Cicloturismo
Elias Ramírez comenzó a usar la bicicleta cuando se agravó la escasez de gasolina y pocas busetas circulaban a mediados del 2018, además contaba poco con las rutas de la Universidad Nacional Experimental del Táchira donde cursa estudios en vista que demoraba muchas horas en llegar.
Para ese año era muy raro ver a personas en bicicletas lo miraban como un loco. Luego llegó a ver cerca de 30 ciclistas en la universidad por la misma necesidad de transporte público que obligó a muchos a desempolvarlas para movilizarse.
El pedalear por necesidad se convirtió para él en un modo de vida y tomó la iniciativa de conformar un grupo de ciclistas a principios de 2020 en un proyecto que se denomina Cicloturismo, este consiste en realizar rutas largas a bicicleta en Táchira y Norte de Santander (Colombia) con recorrido a zonas turísticas durante los fines de semana, como una posibilidad de hacer ecoturismo.
“Cuando comencé a manejar bicicleta yo no sabía sino mantener el equilibrio y frenar, no sabía de mecánica. Una amiga se cayó una vez de la bicicleta y comencé a echar mecánica. Arreglar la bici era muchísimo dinero, decidí a comprar mis herramientas y yo mismo la reparo. Lo que sale más costoso son los cauchos”, explica Elias.
El circular en las calles de la ciudad cordial le ha permitido reconocer las rutas más transitadas y menos empinadas, porque también corren el riesgo de ser víctimas de robo, además confiesa que en ocasiones siente que hay personas que les estorban los ciclistas. Ya le ha pasado que casi le pasan por encima los vehículos que no respetan mucho los semáforos y otros conductores abren la puerta sin mirar por los retrovisores, lo que podría ser mortal para un ciclista.
Circular en este vehículo ecológico sería más fácil en San Cristóbal si existieran ciclovias, pero Elias cree que muy poco probable que el gobierno apruebe la creación de marcación de espacios exclusivos para ester sector, dado a que no hay recursos ni siquiera para servicios básicos. Las huecos de las carreteras y alcantarillas destapadas hacen que la práctica de ciclismo como transporte sea más complicada, así como la falta de señalización vial.
En grandes ciudades del mundo el ciclismo urbano es un atractivo turístico, que se cuida y se mejora constantemente, como por ejemplo Shanghai el 60% de los habitantes usan bici como transporte diario. En Bélgica, el 8% de los desplazamientos diarios se hacen en bicicleta con una media de 0.9km por persona y día. En Suiza sobre el 10% de los desplazamientos al trabajo se hacen en este tipo de vehículo. En el país nipón el 15% de los desplazamientos al trabajo se hacen en bicicleta y se venden más de 10 millones de unidades anualmente.
En 2018 el Concejo Municipal de San Cristóbal aprobó el anteproyecto Ordenanzas de Ciclovias con el propósito de crear un instrumento jurídico que regulara los espacios para el uso de bicicletas en el municipio. Por ello al momento solo crearon corredores temporales, visto de un modo recreativo y con horarios establecidos. Mientras que la creación de rutas de ciclovías fijas quedaron para ese entonces en manos de la Alcaldía, por intermedio de la Dirección de Vialidad, Tránsito, Transporte e Infraestructura, con el aval de los comités de Usuarios
Lo que muchos ignoran es que esta ordenanza da a los ciclistas el derecho de uso preferencial de un metro de calzada, por el canal derecho de la vía aledaña a la acera o brocal, espacio sobre el cual siempre va a tener prioridad la bicicleta sobre el vehículo automotor.
Seguridad
Las recomendaciones para los conductores de bicicleta es el uso del casco y de guantes por si ocurre alguna caída no lesionarse las manos. Antes de cruzar una vía fijarse a los lados porque en una ciudad sin control nunca se sabe cuando puede pasar “un loco de carretera” que no le interesa los demás. Se aconseja llevar un retrovisor también en la bici y usar ropa de colores llamativos amarillo, fosforescente, ropa blanca porque son colores que a largas distancia se pueden ver. Si se va circular en horas nocturnas se recomienda llevar luces y luces muertas que reflejan la luz, así lo recomienda Elias a su grupo de cicloturismo.
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