El presidente de Fedecámaras, Ricardo Cusanno, defiende los motivos que llevaron a aceptar un encuentro con integrantes de la Asamblea Nacional de Nicolás Maduro. Afirma que se requiere con urgencia una concertación nacional para salir de la crisis y que llegó la hora de reunirse «con quien sea» para alcanzar acuerdos.
«Queremos buscar soluciones, no darle legitimidad a proceso alguno», afirma Ricardo Cusanno, presidente de Fedecámaras, sobre el reciente encuentro sostenido con representantes de la Asamblea Nacional de Nicolás Maduro, al que preside Jorge Rodríguez.
Luego de una larga reunión que duró dos horas y media con una Comisión de Diálogo, Reconciliación y Paz de esa AN, integrada por 11 personas, y a la cual en un principio se había informado que asistiría también Jesús Faría como presidente de la Comisión de Finanzas, quedaron las expectativas y la confianza del máximo gremio empresarial en que podrán concertarse soluciones para sacar a Venezuela de la crisis económica y humanitaria en la cual se encuentra.
El 27 de enero se cumplieron 20 años sin que un representante del chavismo visitara la sede de Fedecámaras. Esta institución tampoco había sido convocada para participar en otros encuentros de alto nivel en el Ejecutivo, como fue el caso de las reuniones de los consejos productivos. La invitación siempre fue hacia representantes de cámaras sectoriales.
Es por ello que las críticas sobre este encuentro abundaron, todas versando sobre el maltrato de los gobiernos de Chávez y Maduro a todo el sector privado, la creación de leyes que afectaron profundamente el desarrollo de la actividad empresarial y comercial, así como la falta de convocatoria a los actores económicos. Entetanto, el país acumula una recesión de siete años, una hiperinflación que va por su cuarto año, un proceso de devaluación que no se detiene y una emergencia humanitaria compleja que ha sumido a la mayoría de la población en la pobreza.
Cusanno defiende la reunión entre Fedecámaras y los integrantes de la Comisión de Paz, y asegura que el motivo no es otro que intentar construir «soluciones con quien verdaderamente tiene el poder para hacerlo». Resalta que luego de años de ataques contra el sector privado, muchos empresarios se negaron a las conversaciones con el chavismo, pero que 75% del sector decidió aceptar la invitación en esta oportunidad.
A su juicio, es hora de que se llegue a negociaciones entre todos los actores del país, ya que «el drama humanitario, económico, institucional y político no aguanta más tiempo».
-¿Mantienen expectativas positivas sobre esta reunión, tomando en cuenta que anteriores encuentros y mesas de diálogo no han tenido resultados positivos?
-Siempre se parte con unas expectativas muy altas porque entiendes cuál es la posición, cuáles son los principios y valores y lo que aportas para construir las soluciones que se están planteando, pero obviamente la experiencia te genera cierta desconfianza. Pero a nosotros nos preocupa mucho que las alternativas para buscar esas soluciones al país no se hagan en un marco de paz. Ya tenemos dos décadas, desde la visión de políticas públicas, no precisamente construyéndose de manera armónica. Entonces, si también la respuesta de nosotros no se da en un marco de diálogo, en Venezuela se puede profundizar aún más en la crisis.
Nosotros no condenamos a aquellos sectores ya sean estudiantiles, trabajadores de la salud, que protestan para sentarse precisamente a dialogar y a negociar con los que ostentan los símbolos del poder. Muchísimo menos hemos cuestionado los intentos de la política de sentarse a dialogar a pesar de los fracasos. Tampoco cuestionamos, más bien aplaudimos, que políticos se hayan sentado a negociar sus libertades o libertades de terceros cuando estuvieron confiscadas sus libertades por razones políticas.
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