Grandes fabricantes automotrices como Tesla, Volvo, Ford y Mercedes-Benz han demandado al Gobierno de EE.UU. por haber introducido esta semana aranceles del 25 % a las piezas de vehículos fabricadas en China.
Así, Tesla interpuso una demanda ante el Tribunal de Comercio Internacional en Nueva York, en la que califica las nuevas tasas de «autoritarias y caprichosas» y «una arbitrariedad», informa The Guardian.
El documento judicial presentando por la compañía de autos eléctricos nombra al responsable de la Oficina del Representante de Comercio de EE.UU., Robert Lighthizer, como demandado.
Mercedes, por su parte, acusó a Washington de «impulsar una guerra comercial sin precedentes, desenfrenada e ilimitada que afecta más de 500.000 millones de dólares en importaciones de la República Popular de China».
Los nuevos aranceles fueron introducidas como parte la política de la Administración Trump que busca empujar a los fabricantes de EE.UU. a renunciar a la tecnología china y reducir de esta manera el enorme desequilibrio en su balanza comercial con el gigante asiático.
Según el Departamento de Comercio de EE.UU., el déficit comercial del país norteamericano aumentó en julio casi en un 11 %, hasta alcanzar los 63.600 millones de dólares, de los cuales 28.300 millones corresponden a China.
El país asiático es el mercado automotriz más grande del mundo y tiene un gran interés para Tesla, que pretende beneficiarse del objetivo chino de reducir las emisiones de CO2.
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