Tom Hardy tiene una brillante carrera pero también un pasado marcado por malas decisiones. Tras una etapa de oscuridad y descontrol, el actor británico pasó de “chico malo” a actor respetado.
Empezó como modelo tras ganar el concurso televisivo “Find Me a Supermodel” en 1998, y luego, entre recaída y recaída, debutó en el cine dando vida a un soldado en “Black Hawk Down” (2001), de Ridley Scott. Ese mismo año junto a su compañero de clase, Michael Fassbender, participó en dos episodios de la miniserie “Band of Brothers”. Fue en aquella época también que comenzó a tatuarse su cuerpo para dar esa imagen de “tipo duro”.
Cuando se apaga la cámara se enfrenta a quién sea si algo no le gusta y en más de una ocasión habló de su admiración por Marlon Brando, aunque no haya visto “El Padrino”.
Es uno de los favoritos para interpretar al próximo James Bond, pero él no cree que eso suceda: “Sería un Bond terrible”, ha dicho. El mismísimo Anthony Hopkins fue uno de sus mentores y declaró que siempre supo que este joven de carácter iba a llegar muy lejos. El londinense tiene un extraño método al momento de aceptar un trabajo: no lee los guiones.
“Prefiero que me cuenten la historia, si me suena bien acepto. Para eso tengo a mi agente”, dijo alguna vez sobre Lindy King, a quien lleva tatuada en su cuerpo. “Cuando un actor te diga que se pasa el día leyendo guiones, no te fíes: ¡yo leo cada vez menos!”.
Con más de dos décadas en la industria cinematográfica, Hardy está consolidado en Hollywood con éxitos como “Mad Max: Furia en la carretera”, “Batman: el caballero de la noche asciende” o “El Renacido”, con el que consiguió su primera nominación al Oscar.
En los últimos años también se ha interesado por el mundo de la televisión. Hardy tiene su propia compañía de producción llamada Hardy Son & Baker, que produce el drama “Taboo” de BBC One. También ha sido un personaje clave en el drama de época Peaky Blinders como un enemigo convertido en aliado de Tommy Shelby, interpretado por Cillian Murphy.
Su mundo más privado y preciado esta conformado por sus tres hijos y su esposa Charlotte Riley, una actriz de la que se enamoró en el set de la adaptación televisiva de “Cumbres borrascosas” en 2009, tras separarse de la asistente de dirección Rachael Speed, con quien tuvo a Louis, hoy de 12 años. La pareja pasó por el altar en 2014 y ya son padres de dos niños. “Me encanta mi trabajo, pero todavía me gusta más ser padre”, asegura Hardy cada vez que habla sobre el rol que ocupa la paternidad en su vida.
Adicto al crack y a los problemas
Nacido el 15 de septiembre de 1977 en Londres, Edward Thomas Hardy creció en el suburbio acomodado de East Sheen en Londres. Hijo único de una madre artista y un padre escritor y profesor de universidad, su rebeldía lo llevó a convertirse en un “chico malo” a una edad temprana. Como él mismo admitió tuvo suerte de no terminar preso. Con 15 años se empezó a tatuar el cuerpo. Se metía constantemente en peleas callejeras, llegó a robar un auto junto a unos amigos y se inició en las drogas duras. “Hubiera vendido a mi madre por crack en aquella época”, confesó el actor al diario The Guardian .
Mientras saltaba de recaída en recaída, Hardy se divorció de su primer esposa, la productora Sarah Ward, a quien le había pedido matrimonio a las tres semanas de conocerla, en 1999. “Ahora conozco a mi bestia y sé cómo manejarla”, revelaba ya recuperado de sus adicciones. Si bien su matrimonio no sobrevivió a sus luchas internas, el actor usó este fracaso amoroso como una oportunidad para mejorar: “Tenía que perder algo. A veces tienes que perder algo que vale más para ti que tu bebida”.
El actor admitió que fue cuando se despertó en una calle de Londres en un charco de sangre y vómito que supo que era el momento de dar un vuelco radical a su vida. Ya no podía seguir así. Ingresó a rehabilitación en 2003, y desde entonces ha estado sobrio.
En diálogo con la prensa en 2014, Hardy se refrió a sus adicciones, y cómo lucha para seguir sobrio. “Si tuviera cuatro pintas de cerveza y media botella de vodka, podría convertir esta habitación en una maldita pesadilla en unos tres minutos. Podría destruir todo en mi vida por lo que he trabajado tan duro”, dijo al actor a The Mirror.
El intérprete, de 43 años, admitió que toda su carrera ahora está impulsada por el miedo. “Solo soy un hombre asustado (…) Estoy en un lugar realmente bueno hoy, pero siempre puedo encontrar algo de qué quejarme, incluso sentado en un pedestal. Tengo que vigilar ese viaje para no joderlo todo. No importa lo bien que me esté yendo”.
“No parábamos de pelearnos”
Aunque dejó atrás sus adicciones, siguió con su mal carácter. Charlize Theron llegó a admitir públicamente lo mal que se llevó con Tom Hardy durante el rodaje de ‘Mad Max: Furia en la carretera”, en 2015. Los actores se odiaron a muerte y el cansancio de rodar durante meses con el calor del desierto sólo contribuyó a empeorar la situación.
En una entrevista para Esquire el año del estreno de la exitosa película, Theron dijo que no paraba de discutir con Hardy, en parte debido al lugar en el que se rodó el filme de George Miller. “Fue el aislamiento y el hecho de que estuvimos atrapados en una plataforma todo el rodaje. Fue como un viaje familiar por carretera que nunca llegó a ninguna parte. Solo condujimos, hacia la nada, y eso a veces era enloquecedor”.
Además, la sudafricana puntualizó que para empeorar la situación, rodaron sin guión. La “lucha” de ambos por querer hacer un buen trabajo los llevó a peleas constantes. Pero el rodaje llegó a su fin y ambos actores quedaron en paz. Hardy le regaló a su compañera un autorretrato que le dejó con una nota que decía: “Eres una absoluta pesadilla, pero también eres increíble. Creo que te echaré de menos. Con amor, Tommy”.
Hardy también tuvo problemas con otro rebelde de Hollywood. Shia LaBeouf y él no fueron grandes amigos en el rodaje de “Lawless” en 2012. La situación entre ellos terminó mal. Al parecer, todo lo desencadenó una broma pesada. El caso es que terminaron a los golpes y LaBeouf aseguró que ganó la pelea con Hardy inconsciente en el suelo. John Hillcoat, el director del filme, fue quien confirmó que el enfrentamiento entre ellos existió. Tras ese episodio, evitaron que pasaran tiempo juntos en los recesos entre escena y escena.
Al parecer también le costó ponerse de acuerdo con el director mexicano Alejandro González Iñárritu durante el infernal rodaje de “El Renacido”. Miembros del equipo hablaron de gritos y peleas entre el realizador y el actor. En una entrevista que concedió a la revista Variety, Hardy lo negó tajantemente: “Esas son tonterías”.
No obstante, admitió que la mejor forma de quitarse la tensión durante las extenuantes jornadas de filmación era luchando con Iñárritu en la nieve. “Si soy el chico malo por hacer eso, prefiero ser el chico malo y liberar esa tensión”, explicó a Entertainment Weekly, en una entrevista en la cual manifestó su admiración por el director, ganador de cuatro premios Oscar. “Analiza las cosas como nadie, por lo que cumplir sus lineamientos es toda una interesante experiencia, que podría hacerte enloquecer”, dijo Hardy.
En tanto, Iñárritu destacó la bondad del londinense: “Por fuera, puede dar la impresión de ser inaccesible o difícil, pero es un bello ser humano. Es increíblemente sensible y amable”.
Difícil como entrevistado
Sus colegas no son el único enemigo. A menudo las entrevistas se ponen un poco tensas por el carácter explosivo del actor, pero nada como lo ocurrido en 2015 durante el Festival de Cine de Toronto. Durante una rueda de prensa por el estreno de “Legend”, un periodista de un sitio de noticias LGBT le recordó una vieja entrevista que había dado a Attitude en la cual se había mostrado ambiguo sobre su sexualidad, y le preguntó si era difícil para las celebridades hablar sobre este tema. “¿De qué demonios me estás hablando?”, le dijo Hardy, dejando en claro que la pregunta no le había gustado nada. ¿Me estás preguntando acerca de mi sexualidad?”, le dijo al reportero, quien replicó afirmativamente. “¿Por qué?”, insistió el actor antes de poner punto final al tenso momento con un “gracias”.
Días más tarde, el nominado al Oscar manifestaba que estaba dispuesto a responder cualquier pregunta siempre y cuando sea el momento adecuado. En conversación con el medio Entertainment Weekly, el actor explicó el por qué de su comentada reacción. “Fue una falta de cortesía preguntar eso en una habitación llena de gente (…) Por qué señalarme asumiendo que soy gay porque soy ambiguo al respecto. Tengo confianza en mi propia sexualidad. Hay un momento y un lugar para hablar sobre eso”, señaló.
Para el actor, la pregunta fue hecha solamente para obtener una respuesta morbosa. Además, sostuvo que sintió que el periodista quería invadir su privacidad. “Es tan importante para la comunidad LGBT que las personas realmente se sientan capaces de hablar libremente sin ser estigmatizados o sentir que están siendo señalados”, sentenció.
“Leo sabe todo”
Hardy es un hombre de palabra, aunque eso signifique cargar toda su vida con una burla de Leonardo DiCaprio. Los actores se hicieron muy amigos durante el rodaje de “El Renacido”, la película de Iñárritu que le valió a DiCaprio el primer Oscar de su carrera.
Tras terminar el rodaje y antes de conocerse las nominaciones de aquella edición de 2016, DiCaprio estaba absolutamente seguro de que Hardy recibiría también una nominación. Pero el británico estaba seguro de que no sería así, por lo que apostaron que el que perdía tenía que tatuarse un diseño por el ganador. Finalmente Hardy fue elegido en la terna para mejor actor secundario, pero perdió, por lo que decidió cumplir con la apuesta.
DiCaprio le escribió la frase: “Leo Knows All” (“Leo lo sabe todo”). “No lo tengo todavía … es una mierda”, dijo Hardy en un entrevista con la revista Esquire explicando que la caligrafía de su amigo no era de su agrado. “Él jamás se tatuaría si perdiese una apuesta. Fue un desafío unidireccional”, sentenció el actor cuando le preguntaron por la apuesta. “Estoy cubierto de tatuajes de mierda, de todas formas. No hay ninguna diferencia si me tatúo ‘Leo’ en grande en el muslo o a lo largo de mi cara”.
Dos años después, en 2018, apareció una foto en Instagram donde se apreciaba su nuevo y particular tatuaje en uno de sus brazos. La imagen fue compartida por un fanático, quien lo encontró en las calles de San Francisco y le pidió tomarse una selfie. La burla de su amigo comparte piel con una galería bastante variada que cubre el cuerpo de uno de los actores más importantes de la actualidad. Entre los tantos dibujos, lleva el nombre completo de su agente, quien según el mismo Hardy le cambió su vida y a la que le debe todo lo que logró, y un “Charlotte”, dedicado a su actual esposa, la actriz Charlotte Riley.
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