Aviso de SpoilersPor supuesto, me refiero a la tensa batalla (¿se le puede llamar batalla?) entre los dragones de los príncipes Aemond Targaryen y Lucerys Targaryen. El trágico final del episodio trajo consigo la muerte del joven príncipe Luke, devorado por el gigantesco dragón Vhagar, un dragón con muchos años de vida y muchos combates en su haber, frente al joven dragón sobre el que volaba Lucerys.
Todos los minutos del final del episodio fueron tensos. Desde que Lucerys sale del castillo de los Baratheon y pareciera que su dragón le dijera, con puro lenguaje corporal, “sube, sube, que esto se va a poner muy feo”. La secuencia, aunque trágica, es impecable, y demuestra que aunque los dragones estén ligados a sus jinetes, ellos también son independientes y pueden ser muy orgullosos.
En una entrevista con EW, el director Greg Yaitanes explicó que uno de los máximos responsables de la serie, el showrunner Ryan Condal, quería que el final de la serie se sintiera como Juego de Tronos. “Haz que esta sea una escena al estilo de Juego de Tronos, que sea un ejemplo de todo lo que esta serie tiene para ofrecer”, le pidió. Y sin duda que lo logró, más allá de la tragedia, esta muerte desatará la guerra que es la columna vertebral de la serie. Para lograrlo, Yaitanes confiesa que se inspiró en dos películas:
“Cuando me estaba preparando, miré la primera película de Cómo entrenar a tu dragón (How to train Your Dragon), porque el director de fotografía Roger Deakins participó como asesor en esa película, por lo que quería que en fotografía, la escena fuera impactante.
Pero también vi la primera Jurassic Park, porque en esa película hay una sensación de escala y tamaño de los dinosaurios que creo que ninguna otra película de la saga lo volvió a lograr. Spielberg sabía que quería que sus tomas mostraran tamaño, y tomé inspiración de lo que hacía que los dinosaurios se vieran tan grandes e interesantes. Hay mucho de Jurassic Park en esta secuencia final”.
Sin duda, el momento más evidente sería ese en el que Vhagar vuela sobre el joven dragón de Lucerys y se representa detalladamente lo que es su diferencia de tamaño. Pero para mi el momento más Jurassic Park del episodio, ese que me puso los pelos de punta y muy nervioso, es justo cuando Lucerys llega al castillo Baratheon y detrás de una enorme muralla, Vhagar levanta su cabeza y hace un rugido. Ese momento me transporta a la mítica escena de la aparición del T–Rex en Jurassic Park. Se siente imponente, indestructible. Como un edificio entero con alas y llamaradas que salen de su boca. Qué gran final de temporada.
Con información de Entertainment Weekly