Todo parecía indicar que la relación entre Michael Jackson y su hermana menor, Janet, era uno de los pocos aspectos de la vida del músico que había quedado fuera del manto de misterio en el que decidió esconderse. La cantante siempre se mostró junto a él, incluso cuando las acusaciones sobre acoso y abuso de menores salieron a la luz, y fue una de las pocas del clan familiar que nunca lo criticó en público. Sin embargo, a 22 años de la muerte de su hermano, la intérprete de “Again” rompió el silencio y dejó en claro que el vínculo entre ellos no era tan inmaculado.
La cantante acaba de presentar una serie documental autobiográfica que lleva su nombre -emitido por A&E- y es allí donde hace las revelaciones más inesperadas sobre su vida, pero en especial, sobre cómo fue cambiando el vínculo con el creador de “Thriller”.
Janet es la menor de los 10 hermanos Jackson y creció a la sombra de Michael, Jackie, Tito, Jermaine y Marlon, los integrantes del exitoso grupo Jackson 5, creado por su padre, Joe Jackson. Al igual que ellos, a muy corta edad comenzó su carrera artística, bajo la mirada y las estrictas órdenes de su progenitor. Y, tal como le ocurrió a su hermano más exitoso, su principal lucha por aquel tiempo la libraba con su imagen corporal.
Lejos de encontrar amparo en Michael, a quien su padre solía molestar por el ancho de su nariz, Janet se convirtió en víctima de sus burlas: “Hubo momentos en que Mike solía burlarse de mí y llamarme con apodos descalificativos. ‘Cerdo, caballo, cerdo de matadero, vaca’. Él se reía de eso y yo también, pero en ese momento había un lugar en el interior en el que esas palabras dolían. Cuando alguien dice que eres demasiado pesado, eso te afecta”.
A lo largo de la vida de la cantante, su peso siguió siendo un tema de preocupación. “Me defino como comedora emocional. Cuando me estreso o algo realmente me molesta, comer me reconforta”.
Pero, sin dudas, el momento de su paso a la adolescencia fue el más complicado. “Comencé a desarrollarme a una edad muy temprana; comencé a tener pecho y me lo vendaban para que luciera más plano”, rememoró en el documental y trajo una vez más al presente las presiones que recibían los 10 hermanos por parte de su padre.
Janet intentó dejar claro que, más allá de esos comentarios, la relación entre ella y Michael durante los primeros años de su vida fue estrecha y de mucha complicidad. Sin embargo, aseguró que todo cambió en 1982, cuando Michael se convirtió en la figura más importante del planeta tras el lanzamiento de Thriller.
“Recuerdo que realmente me encantó el álbum Thriller, pero por primera vez en mi vida sentí que las cosas comenzaban a cambiar entre nosotros. Algo estaba cambiando”, explicó. En aquel tiempo, ella tenía 16 y Michael, 24 años. “Ese fue el momento en el que Mike y yo comenzamos a tomar caminos distintos. Simplemente no era tan divertido como solía ser”, agregó.
Ni siquiera la primera colaboración entre ellos sirvió para desandar la distancia. En 1995 los dos grabaron la canción y el videoclip de “Scream”. En aquel momento, Janet ya se había convertido, también, en una estrella de la música pop, pero eso no la ubicó en una situación de paridad. “Michael grabó las imágenes de noche y yo de día. Su compañía discográfica había bloqueado su set para que no pudiera ver lo que estaba pasando. No me querían ahí”, rememoró la cantante. “Eso realmente me dolió, porque sentí que estaba luchando contra él, no con él. Quería que se sintiera como en los viejos tiempos entre él y yo, pero no fue así. Los viejos tiempos habían pasado hacía mucho”, agregó.
Dos años antes de que grabaran aquel tema, Michael recibía las primeras denuncias por acoso sexual a menores. Y, a pesar de que aquellos buenos tiempos de cercanía habían quedado atrás, Janet se vio salpicada por el escándalo. “Tuve que enfrentar una gran cantidad de escrutinio. Fue frustrante para mí. Teníamos nuestras propias vidas separadas y, aunque es mi hermano, eso no tenía nada que ver conmigo. Sin embargo, quería estar allí para él, para apoyarlo tanto como pudiera”, explicó.
Todo comenzó en 1993, cuando Jordan Chandler, de 13 años, acusó al músico de haberlo tocado inapropiadamente en su misteriosa mansión Neverland. Un año después, llegarían a un acuerdo extrajudicial, pero a pesar de que faltaban años para que aparecieran nuevas denuncias, aquel acuerdo no hizo más que acrecentar las sospechas. “Michael terminó dando dinero a la familia. Él solo quería que el asunto terminara, que desapareciera, pero al pactar, parece que eres culpable”, reflexionó Janet.
La sombra de la duda cayó, también, sobre ella. En aquel momento, Janet era la cara de una de las marcas de gaseosas más importantes, pero cuando su hermano llegó a aquel acuerdo, ante la avalancha de críticas, terminó perdiendo aquel millonario trabajo. “Dijeron: ‘No, gracias’. Me consideraron culpable por asociación. Así es como lo llaman, ¿verdad?”, reveló en su documental.
Mucho se ha hablado, tras la muerte de Michael, de su adicción a las pastillas y se cuestionó la reacción -o falta de reacción- de su familia. Su hermana no esquivó el tema, y contó que intentaron organizar un encuentro entre el intérprete de “Billy Jean” y un especialista en adicciones, pero él se negó. “Mi familia alquiló un avión privado y vinieron para una intervención. Era una forma de acercarnos de nuevo, pero él no lo toleró”, reveló Janet.
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