La estabilidad suele pensarse como aquello inmóvil y concreto, como la certeza de lo fijo: una casa, un trabajo de rutina, pertenencias que se acumulen con el tiempo. Como aquellas horas interminables que se destinan en generar dinero y dar la ilusión de una felicidad que tal vez no es tan alegre como pareciese.
Por esto, aunque Jorgelina y Diego, ambos originarios del Rosario, Argentina, y creadores del canal en Youtube “Creciendo en el camino”, contaban con todas estas comodidades algo para ellos no terminaba de encajar. Y fue así que, poco tiempo después de que naciera su hijo Tomás, decidieron tomar una de las decisiones más radicales de su vida y darle un giro completo a todos los conceptos preestablecidos.
“Ambos somos profesionales. No éramos vagos, ni es que no nos gustara el trabajo, sino todo lo contrario, trabajábamos muchísimas horas por días. Salíamos 6 a 7 de la casa y volvíamos 10 a 11 de la noche de lunes a sábado […] Nació nuestro hijo y tristemente no lo veíamos en todo el día y ahí uno es cuando se va dando cuenta que la vida va pasando y no teníamos tiempo de compartirlo con él”, contó para Infobae México, Diego, el padre del pequeño Tomás y esposo de Jor.
Cuando los progenitores del menor se dieron cuenta de la situación en la que se hallaban, aunado a una familiar que siempre había tenido deseos de viajar y un día falleció sin poder lograr visitar los lugares que deseaba, la pareja decidió deshacerse de sus pertenencias y comenzar desde cero una travesía en carretera desde Argentina hasta Alaska.
Con los ahorros que les dejó la venta de sus pertenencias, Diego, Jor y Tomás -quien tenían apenas un año de edad- compraron una camioneta y la adaptaron equiparon con todo lo necesario para poder habitar en ella.
Iniciaron su nuevo camino desde el Monumento Nacional a la Bandera en la ciudad del Rosario, Argentina, hacia lo desconocido. No obstante, el dinero con el que contaban pronto se terminó y entonces decidieron comenzar a vender artesanías confeccionadas por ellos mismos y a preparar comida originaria de su país, para poder costear su viaje.
Otra de las dificultades a las que se han enfrentado durante su recorrido han sido tener que adaptarse al espacio de su camioneta, pues al ser bastante reducido, han tenido que aplicar varias estrategias para acostumbrarse de la mejor manera y continuar disfrutando.
“Una de las cosas superdifíciles de tener tu casa dentro de un motor home es la ducha. Porque cuando llegamos a bañarnos, nosotros tenemos un montonazo de cosas en el espacio. Acá los lugares son supernecesarios, entonces cada que nos queremos bañar, tenemos que desarmar cosas que tenemos adentro para ocupar el lugar y cuando terminamos, hay que secar todas las cortinas y después volver a meter todas las cosas”, mencionó Jorgelina en uno de los videos de su canal de youtube.
Respecto a la crianza de Tomás, sus padres coinciden en que el menor es el que menos problema ha tenido con la forma en la que viven y señalaron que a diferencia de otros niños, él ha podido hacer amigos de varias nacionalidades, idiomas, culturas o religiones, lo cual le permite ser muy sociable.
“Se ha criado de una forma diferente, si bien hoy en día está haciendo sus estudios a distancia con un sistema de educación en Argentina, como que todo su aprendizaje ha sido más vivencial. Ha estado en contacto con todas las cosas que vemos hoy en día en el temario de la escuela: animales, paisajes, eso ya lo había visto presencialmente” dijo Jos durante la entrevista.
Una visita más larga de lo esperada
La familia se encontraba en Estados Unidos cuando se venció su permiso de estadía y tuvieron que ingresar a México en 2020, pues Jorgelina tenía que ser intervenida por una accidente que tuvo.
Tras solucionar estas primeras dificultades, volaron a Tijuana, lugar donde habían dejado su camioneta, para poder retomar su recorrido. Sin embargo, en ese momento, llegó la pandemia por COVID-19 y tras el cierre de fronteras, los integrantes de “Creciendo en el camino” decidieron viajar a Baja California Sur esperando que el tiempo de su estancia no fuera tan prolongado.
Cuando se comunicaron con el Instituto Nacional de Migración (INM) para resolver su situación, se les dijo que debían ir a la frontera para renovar sus papeles, pero ya en el lugar mencionado, Jor y Diego recibieron una noticia fatal: No era posible realizar el trámite y la única solución aparente era salir del país por Guatemala durante 72 horas y volver a reingresar, cosa que para ellos y su forma de transporte era imposible.
“Nos dijo bueno si esta frontera está cerrada, váyanse a la próxima digamos que es cruzar todo el país para ir a Guatemala. Después fuimos a otra dependencia y ahí sí, la persona que nos atendió tenía conocimiento de cual era el trámite que se hacía y por la situación particular en la que estábamos”, añadió Jor.
Los padres de Tomás recuerdan que su última estancia en México también sucedió durante la contingencia sanitaria que afecta al mundo actualmente, por lo que ellos decidieron aislarse en una playa de Baja California. Estuvieron aproximadamente cuatro meses ahí, hasta que las altas temperaturas de la zona les complicaron permanecer ahí.
Además, Diego ahondó en que se sentían consternados, porque veían las noticias de Argentina o recibían noticias de sus conocidos y las medidas de confinamiento no eran equiparables a las que se observaban en el país.
Con la emergencia por el Sars-CoV-2, la venta de artesanías y de comida se vio detenida y los integrantes de la familia tuvieron que enfocarse completamente en su contenido en redes sociales, para así obtener los ingresos suficientes vivir.
En cuanto a su experiencia con la inseguridad de México, tanto Jor como Diego destacaron que -contrario a lo que se piensa- a ellos nunca les había pasado nada en el país.
“La verdad es siempre hemos estado en lugares públicos, en una plaza, en un jardín, en un parque en lugares así y la verdad es que siempre en México hemos tenido contacto con gente súper amable […] siempre la gente misma nos dice: ‘uy no, tengan cuidado’. Sentimos que la gente tiene mucho miedo de cómo vamos a estar así afuera, pero llevamos casi dos años y nunca hemos tenido ningún problema de inseguridad”, remarcó Jorgelina.
“Creciendo en el Camino” continuará su viaje hacia Alaska próximamente y la pareja enfatizó en la importancia de repensar siempre sobre los sueños propios y buscar la forma de ser feliz, aún cuando no sea la forma más convencional.
“Con esta experiencia pudimos comprobar que seguir tu sueño es algo realmente interesante. Es lo que le da sentido a nuestra vida y lo que nos permite encontrar esa felicidad que siempre todos buscamos”, concluyó la madre de Tomás.
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