Las autoridades cubanas investigan por varios delitos, incluido el de “mercenarismo”, a 17 personas detenidas en Cuba por su supuesta participación en una red que reclutaba a “individuos con antecedentes penales, provenientes de familias disfuncionales” para combatir con las tropas rusas en la invasión a Ucrania.
Según informaron portavoces el Ministerio del Interior a medios oficialistas este jueves, tres de los detenidos “pertenecían a la trama de reclutamiento dentro de la isla”, mientras que los otros 14 han confesado “haberse incorporado por decisión individual y voluntaria a la operación, a cambio de la residencia en el país euroasiático y una sustancial retribución monetaria”.
El coronel César Rodríguez, jefe de la Dirección General de Investigación Criminal, dijo que una de las detenidas en la isla era la “organizadora interna de las actividades” y que se apoyaba en otras dos personas para reclutar a ciudadanos. “Fundamentalmente, eran personas con conducta antisocial y antecedentes delictivos”, añadió en declaraciones al medio CubaDebate. Las autoridades cubanas concluyeron, a partir de las confesiones de los arrestados y la intervención de comunicaciones, que la red estaba dirigida desde el exterior.
La noticia apareció días después de que el Ministerio del Interior informara de que trabajaba en la “neutralización y desarticulación de una red de tráfico de personas, que operaba desde Rusia para incorporar a ciudadanos cubanos allí radicados ―e incluso algunos procedentes de Cuba― a las fuerzas militares que participan en operaciones bélicas en Ucrania”. Esa publicación ha coincidido con la difusión, principalmente por parte de medios cubanos en el exilio, de una serie de testimonios de jóvenes de la isla que aseguran haber sido llevados a Rusia bajo engaños.
“Que nos traten de sacar de aquí, por favor, lo más rápido posible, porque tenemos miedo”, pide uno de esos jóvenes, Andorf Velázquez García, en un video publicado esta semana por América TeVe, medio con sede en Miami. En una grabación en la que aparece junto con otro joven cubano, Álex Vegas, ambos denuncian que viajaron a Rusia con la promesa de trabajar como albañiles en la reconstrucción de las ciudades destruidas por el conflicto bélico, pero que en realidad los llevaron a “zona de guerra”.
“Nos hicieron firmar unos documentos y nos prometieron un sueldo y comida a cambio de un trabajo”, explicaba Velázquez. “Tenemos miedo. No dormimos. No podemos dormir porque no sabemos si en algún momento pueden hacernos algo”, lamentaba Vegas. Los jóvenes aseguran, además, haber sido desnudados y golpeados por tratar de comunicarse en inglés, ya que no hablan ruso: “Decían que nos habían mandado los americanos”.
Aunque por el momento no han trascendido los presuntos delitos por los que se investiga a los detenidos, el medio digital oficialista Cuba debate subrayó que el nuevo código penal establece “sanciones severas para este tipo de delitos, que encajan entre la trata, el tráfico de personas y el mercenarismo”, recoge Efe. “En las investigaciones quedará determinado el delito imputable para cada caso”, declaró a la agencia el fiscal jefe del Departamento de Supervisión de la Dirección de Procesos Penales de la Fiscalía General de Cuba, José Luis Reyes Blanco, que agregó que “las indagaciones continúan”.
“Cuba no forma parte del conflicto bélico en Ucrania”, remarcó el Ministerio de Exteriores de Cuba el lunes, cuatro días antes de las detenciones, al anunciar la desarticulación de la red de tráfico con base en Rusia. También avisaba de que el país actuaría “de manera enérgica” contra quien “participe en cualquier forma de trata de personas con fines de reclutamiento o mercenarismo para que ciudadanos cubanos hagan uso de las armas contra cualquier país”.
Para el canciller cubano, Bruno Rodríguez, “Cuba enfrenta operaciones de trata de personas con fines de reclutamiento militar. Se actúa con la fuerza de la ley contra esas pretensiones”, publicó en la red social X (antes Twitter).
El ministro también hizo referencias a informaciones, surgidas principalmente de medios del exilio cubano, que apuntaban a una supuesta aquiescencia o colaboración de las autoridades cubanas en el reclutamiento, algo que rechazó categóricamente y describió como “informaciones distorsionadas de los enemigos de Cuba”: “Buscan empañar la imagen del país y presentarlo como cómplice de estas acciones”.
El Gobierno cubano y los medios oficiales han empleado en gran medida la retórica de Moscú al referirse a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, tradicional aliado político e importante socio comercial de la isla. Aunque en Naciones Unidas, Cuba ha votado contra resoluciones auspiciadas por Ucrania o sus aliados; en varias ocasiones también ha optado por la abstención en lugar de apoyar las posiciones del Kremlin.
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