Treinta años después de la muerte de Pablo Escobar y con los ecos aún presentes de las bombas y los disparos de la guerra entre los carteles, la historia de los narcotraficantes de Medellín sigue generando curiosidad, a pesar de que esta organización delictiva esté completamente desaparecida, con la mayoría de sus miembros muertos o en la cárcel.
Por Infobae
Sin embargo, hay un antiguo miembro del cartel de Medellín que tuvo la suerte de no terminar ni en la prisión ni en el cementerio, y que se considera un sobreviviente de lo que, asegura, fue una alianza entre el Estado y el cartel de Cali con el único objetivo de acabar con Pablo Escobar y todos sus hombres.
Infobae pudo hablar con él, tras verificar la autenticidad de su identidad, bajo el compromiso del anonimato. Sentado en algún lugar de la capital antioqueña, comienza rechazando la gran mayoría de los documentales y producciones que se han hecho sobre Pablo Escobar. “No tienen ni idea de quiénes éramos, cuál es nuestra historia ni cómo vivíamos”, asegura, refiriéndose a aquellos que han adelantado proyectos sobre los integrantes del cartel de Medellín.
“En esas imágenes que muestran en la televisión de Pablo Escobar todo eso es falso, hasta esa serie que presentan, nada de eso es cierto; para hacer esa serie pidieron permiso a los Escobar y se los negaron, pero al final ellos la hicieron a gusto de ellos, pero esa gente buscó actores que no tenían ni media idea de quiénes eran los del cartel”, dijo.
“El gobierno es muy traicionero, todos terminaron bajo tierra”
Asegura que muchos de los integrantes del cartel de Medellín se entregaron tras la muerte de Pablo Escobar, convencidos por los beneficios que brindaba el gobierno de la época, que les ofreció reintegrarlos a la sociedad; pero con el tiempo, llegó a la conclusión de que nada de eso pasó, hoy piensa que los traicionaron.
“Les habían dictado condena a muchos de ellos, se confiaron y se entregaron y cuando salían de la cárcel no duraban más de 15 o 20 días en libertad, ahí mismo les hacían seguimiento y volvían a prisión o al cementerio. De esa manera terminaron con compañeros míos, fueron traicionados con mentiras, todos fuimos traicionados de esa manera”.
“En ese tiempo la autoridad era Pablo Escobar”
El poderío de los narcos en aquel entonces era impresionante, recuerda el último sobreviviente del cartel de Medellín. Más allá de las ostentosas mansiones, los carros de alta gama y todo tipo de lujos, el poder de esa organización criminal se sentía en la calle, era este grupo de delincuentes el que realmente dominaba la capital antioqueña.
El exmiembro del cartel asegura que tanto delincuentes como colaboradores sabían el destino que les esperaba en caso de tratar de pasar por encima de Pablo Escobar; incluso, las autoridades “estaban rendidas”, pues no encontraban la forma de enfrentarse al capo.
“El Gobierno se juntó con el cartel de Cali y a Pablo lo entregó uno de los suyos”
El entrevistado confirma la versión de que el cartel de Cali, acérrimo enemigo de los narcos de Medellín, se alió con autoridades nacionales y extranjeras para combatir al grupo de Escobar y acabar con él; una guerra difícil y desgastante a pesar del poderío armado que el capo y su grupo creían tener.
“La guerra empezó fue con los de Cali, ellos le hicieron la propuesta al Gobierno de ayudarlo en contra de Escobar para que solamente existieran ellos y seguir transportando la droga sin ninguna lidia a otros países, se les unió la DEA y todos los paramilitares, y aun así tampoco habían podido”, dijo.
Sostiene que a Escobar lo entregó uno de sus hombres de confianza, quien, asegura, dejó entrar a los hombres del Bloque de Búsqueda a cambio de una millonaria recompensa y la promesa de enviarlo a Estados Unidos e incluirlo en un programa de protección de testigos. “Donde él no hubiera hecho eso Pablo hasta pudiera estar vivo porque el Gobierno ya estaba para hacer negociaciones con él de nuevo”
Se refiere a Álvaro de Jesús Agudelo, alias Limón. Agudelo, quien comenzó como hombre de confianza de “El Osito”, el hermano de Pablo Escobar, pasó a convertirse en uno de los principales colaboradores del capo del cartel de Medellín y el encargado, entre otras cosas, de coordinar el pago de sobornos a policías y militares mientras Escobar estuvo en La Catedral.
Tras la fuga de la prisión, el Limón fue el único hombre que permaneció al lado de Pablo hasta el 2 de diciembre de 1993, cuando, según las primeras declaraciones, murió tratando de cubrir la huida de su jefe; sin embargo, posteriormente fue señalado por personas cercanas al narcotraficante de haber entregado al “Patrón”.
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