Un año después de la mortífera explosión en el puerto de Beirut, y a pesar de la dimensión de esta tragedia que traumatizó a Líbano, ningún responsable ha sido llevado ante la justicia y la investigación no avanza, obstaculizada por la política. El 4 de agosto de 2020, los bomberos fueron enviados al puerto para apagar un incendio. Pasadas las 18.00 hora local, (15.00 GMT), la explosión deja 214 muertos y más de 6.500 heridos, devastando barrios enteros de la capital.
Esa misma noche, las autoridades adjudican la tragedia a 2.750 toneladas de nitrato de amonio, abandonadas «sin medidas de precaución» desde hace más de seis meses en el puerto. Un año más tarde, la opinión pública sigue esperando las conclusiones de la investigación libanesa y denuncia las injerencias políticas que podrían sabotear el caso. Las zonas oscuras persisten y las mismas preguntas continúan sin respuesta.
¿Qué provocó esta explosión? ¿Por qué el nitrato quedó abandonado en el puerto a pesar de los peligros? ¿Quién estaba al tanto entre los responsables políticos y de seguridad? Algunos temen que nunca se haga justicia en este caso. El juez de instrucción Tarek Bitar busca inculpar a varios exministros y altos funcionarios, pero la inmunidad que los protege a raíz de sus responsabilidades frena el avance de los procesamientos. «Simplemente intentan escapar de la justicia», dice el abogado Youssef Lahoud, que representa a más de 1.000 víctimas de la explosión.
A pesar de los obstáculos, la investigación está «terminada en tres cuartas partes», indica a la AFP una fuente judicial cercana al expediente. Bitar espere anunciar sus conclusiones «de aquí a fin de año».
Antecedentes
En noviembre de 2013, el barco «Rhosus», de pabellón moldavo, y que había partido de Georgia con destino a Mozambique, hizo escala en Beirut con un cargamento de nitrato de amonio a bordo. En aquella época, y a raíz de un oscuro proceso judicial contra su propietario, el barco quedó inmovilizado. El cargamento fue descargado en 2014 y almacenado en el depósito número 12, mal mantenido. Abandonado, el «Rhosus» se terminó hundiendo en 2018.
Una empresa privada de Mozambique, Fabrica de Explosivos de Mocambique (FEM), explicó en 2020 a la AFP que efectivamente había encargado nitrato de amonio a Georgia en 2013, pero que el cargamento nunca le fue entregado. Según Lahoud, la investigación permitió revelar la identidad de varias partes implicadas, incluyendo el nombre del propietario de la compañía marítima encargada de transportar el cargamento y el nombre del banco mozambiqueño que financió la operación.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.