ABC de España | Trump anula la prórroga de Biden y revoca las medidas de amparo al exilio venezolano
A una velocidad vertiginosa, y sin previo aviso, la nueva Administración Trump ha rescindido el permiso temporal de residencia y trabajo por razones humanitarias del que se beneficiado 600.000 inmigrantes venezolanos que sin este serán indocumentados en Estados Unidos y por tanto, susceptibles de deportación.
La decisión de la Administración Trump ha caído como un golpe devastador sobre esa parte de la comunidad venezolana que hasta ahora contaban con el amparo del llamado Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos. Muchos son víctimas de la crisis humanitaria y la persecución política en Venezuela, estos inmigrantes habían encontrado en el TPS una vía legal para trabajar y reconstruir sus vidas en el exilio dentro de Estados Unidos.
La decisión de la Administración Trump ha caído como un golpe devastador sobre esa parte de la comunidad venezolana que hasta ahora contaban con el amparo del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos.
La orden fue firmada este martes por la nueva secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y anula la prórroga de 18 meses aprobada en los últimos días de la administración Biden. Trump, que regresó a la Casa Blanca con la promesa de endurecer la política migratoria, sostiene que el TPS ha sido explotado más allá de su propósito original y ha insinuado que su continuidad representa un riesgo para la seguridad nacional. Uno de sus máximos asesores, Ric Grenell, ha entablado ya contactos con la dictadura de Nicolás Maduro.
El impacto de la medida es inmediato. Miles de familias venezolanas que habían logrado cierta estabilidad en Estados Unidos ven ahora cómo se acaba su protección legal. La decisión de Trump llega en un momento clave en el debate sobre la inmigración, con sectores de su propio partido divididos sobre el tema.
En Florida, hogar de la mayor comunidad venezolana en EE.UU., varios legisladores republicanos como Maria Elvira Salazar habían pedido que se mantuvieran las protecciones para exiliados de regímenes como el de Maduro, Daniel Ortega en Nicaragua y Miguel Díaz-Canel en Cuba. Sin embargo, la línea dura de Trump se ha impuesto sobre esas voces.
Momento clave
El jefe diplomático Marco Rubio, que en su momento defendió la aplicación del TPS para venezolanos, no ha emitido aún una declaración pública sobre la revocación. Pero dentro de los círculos republicanos en Miami crece la preocupación de que esta decisión pueda costarle al partido apoyos clave en el estado.
El equipo de Trump, por su parte, ha justificado su decisión alegando que el TPS ha permitido la infiltración de criminales venezolanos ligados a bandas como el Tren de Aragua. También han insistido en que Maduro se aprovecha de estos permisos para infiltrar a delincuentes en Estados Unidos.
El TPS había sido la principal vía de protección para los venezolanos indocumentados en EE.UU., ofreciendo permisos de trabajo y la posibilidad de una vida estable en el país. Con su revocación, la incertidumbre se apodera de miles de familias, muchas de las cuales cruzaron a pie el peligroso tapón del Darien.
Trump también ha cancelado el programa CBP One, que otorgaba desde los años de Joe Biden citas previas para la entrada y petición de asilo a inmigrantes, incluidos los venezolanos. Mientras tanto, la Casa Blanca no ha aclarado si esta revocación es parte de una estrategia mayor para presionar al régimen de Maduro. Durante su primer mandato, Trump endureció las sanciones contra Caracas y respaldó a Juan Guaidó como presidente interino. Sin embargo, en los últimos años, la política de Washington hacia Venezuela ha cambiado, con un reacomodo de relaciones y la reapertura parcial del comercio de petróleo bajo Biden.
La administración Trump debe decidir en los próximos días qué hará con los venezolanos cuyo TPS vence en abril. Si no se toma ninguna acción antes del sábado, las protecciones actuales se renovarán automáticamente por seis meses. Sin embargo, fuentes cercanas al Departamento de Seguridad Nacional indican que la intención es evitar cualquier prórroga automática y forzar la salida de miles de inmigrantes.
La duda es si Trump se dispone a entablar contacto directo con la dictadura de Maduro para que esta acepte vuelos de repatriación, lo que permitiría aumentar el número de deportados. Las cuotas actuales están en 1.500 diarios, con envíos ya hechos a países como Colombia o Brasil.