El otrora exportador de petróleo Venezuela se ha convertido en una potencia emergente en producción y procesamiento ilícito de drogas, gracias al régimen de Nicolás Maduro, que ha dado el control del territorio a la narcoguerrilla colombiana, las FARC y el ELN, que actúan libremente en el país caribeño.
Por Ludmila Vinogradoff / Diario ABC de España
La denuncia la hizo a ABC el director de FundaREDES, Javier Tarazona, una ONG venezolana que se ocupa de los derechos humanos y la educación, cuya preocupación por la grave expansión de los grupos armados irregulares lo ha llevado a hacer una campaña de alertas en Europa y en América Latina ante la CIDH de la OEA, la ONU y la Corte Penal Internacional.
«Lo que me preocupa es la indiferencia de las instituciones tanto en Venezuela como Colombia en el combate del narcotráfico, lo que ha permitido de cierta forma la expansión de los grupos irregulares criminales», dijo Tarazona a ABC después de su visita en la Fiscalía General de Bogotá, donde consignó los mapas y las pruebas documentadas de la presencia de las FARC y el ELN en el país bolivariano.
La presencia de la narcoguerrilla colombiana se localiza en 17 de los 23 estados de Venezuela. «Lo peor es que los líderes de las FARC como Iván Márquez y Jesús Santrich, entre otros, operan desde el palacio de Miraflores, la cúpula del poder en Caracas, que los protege y financia, y los trata como ministros con escoltas», afirma Tarazona.
En total cohabitan en el país unos 28 grupos irregulares armados, tanto nacionales como extranjeros, pero los cabecillas de las bandas colombianas que son ocho frentes guerrilleros en la denominada alianza entre el ELN y las FARC, ha expandido su narcotráfico hacia a las costas venezolanas desde el este ante las islas holandesas, Curazao y Aruba, y el oriente en el Caribe frente a las islas de Trinidad y Tobago, y Guyana.
El cartel de los Soles
Venezuela no solo es puente para la exportación ilícita de la cocaína desde Colombia, sino que ahora cultiva, produce y procesa los estupefacientes, en «cantidades incipientes pero importantes» debido a los vínculos que existen entre la narcoguerrilla y el cartel de los Soles, integrada por la cúpula militar de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB)», añade.
Las FARC y el ELN son el primer empleador en la frontera. «Lo vemos en los estados Táchira, Zulia, Apure, Barinas, Falcón, Aragua, Sucre, donde han expropiado o confiscado fincas y haciendas productoras de ganado. Como la mano de obra venezolana es barata y pagan en dólares entonces tienen un mercado laboral cautivo para sus operaciones ilícitas», dice.
Las bandas de narcotraficantes «poseen 228.294 armas que han sido declaradas como desaparecidas en los batallones del ejército bolivariano que estarían en poder de la narcoguerrilla colombiana», asegura Tarazona.
Proteger yacimientos
Además del narcotráfico esas armas también son utilizadas en otras nuevas actividades que les ha encomendado el régimen como la explotación del Arco Minero en el Orinoco, estado Bolívar, sur de Venezuela, donde protegen grandes concesiones de yacimientos de oro, coltán y diamante de los contratistas chinos, rusos, palestinos y turcos.
«Estos grupos armados son sanguinarios y decapitan a los que los delatan o roban materiales. Hemos registrado 1.200 desapariciones en 2018 y en lo que va de año ya se duplicó la cifra anterior», añade al mencionar que las poblaciones de indígenas de Bolívar y el Amazonas son las más afectadas.
Dijo que la narcoguerrilla colombiana controla cinco estaciones de radio en su área de influencia fronteriza. También tiene poder social. «El régimen de Maduro les ha entregado la repartición de bolsas de alimentos CLAP (Comité Local de Administración y Producción) a los chavistas registrados con el carné de la patria».
A través de su fundación, Tarazona recibe los datos de las actividades criminales de las FARC y el ELN de los propios oficiales y soldados venezolanos bajo anonimato que no están de acuerdo con sus operaciones ilícitas en el país. «Los tenemos bien detectados. Muchos han desertado de las filas del ejército y se han pasado para el lado de Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela y presidente de la Asamblea Nacional, quien posee toda la información necesaria».
Preguntado sobre las operación Guaicaipuro que Maduro ha desplegado esta semana en Táchira con un contingente de 3.000 hombres armados en la frontera, Tarazona dijo que era sólo un show para distraer la atención del verdadero conflicto que es la penetración de la narcoguerrilla colombiana en Venezuela, ahora convertido en un país potencia del cultivo de drogas.
Ante la reducción de la producción petrolera y la pérdida de su ingreso como principal fuente de divisas, el cartel de los Soles ha recurrido al narcotráfico manejado por las FARC y el ELN como su fuente de ingreso alterno pero a un costo social sangriento que competiría con los carteles mexicanos y centroamericanos.
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