El «patria o muerte» al final de los discursos militares desapareció en Bolivia con el Gobierno interino de Jeanine Áñez, nueve años después de que Evo Morales instalara esta expresión de uno de sus referentes ideológicos, Fidel Castro.
Las palabras que Castro pronunció por primera vez allá por 1960, para luego repetirlas durante décadas al cierre de sus discursos, no se escucharon este miércoles en La Paz en el acto militar que presidió Jeanine Áñez, que como jefa de Estado, en su caso interina, es capitán general de las Fuerzas Armadas de Bolivia.
CAMBIO DE DISCURSO
Sí se escuchó el «que Dios bendiga a Bolivia» para cerrar el discurso de la mandataria provisional, cuyas referencias religiosas son recurrentes en sus intervenciones desde que el pasado 12 de noviembre asumió el poder de forma interina.
Los militares ya no tienen que responder con un «venceremos» después de escuchar el «patria o muerte», como ocurría desde que Morales lo instauró en 2010.
Antes los militares coreaban tradicionalmente «Subordinación y constancia, viva Bolivia hacia el mar», hasta que empezaron a repetir la expresión instaurada por Morales, tal como lo hicieron en su día revolucionarios del estilo de Ernesto «Che» Guevara, quien paradójicamente murió a manos del ejército boliviano en 1967.
El Patio de Honor del Colegio Militar de Ejército en La Paz fue el escenario en el que en esta jornada Áñez expresó su intención de pasar página de lo que calificó «instancias educativas ideologizadas».
ADIÓS A LA FORMACIÓN ANTIIMPERIALISTA
Sin citarla, se refería a la Escuela de Comando Antiimperialista General Juan José Torres, que Morales instaló en 2016 en la región de Santa Cruz y desde entonces formó a unos 1.500 militares.
«No les han retribuido ninguna enseñanza», solo un gasto, consideró la capitán general de las Fuerzas Armadas bolivianas sobre esta escuela de formación ideológica.
La presidenta interina anunció su intención de apoyarse en «países amigos», sin concretar cuáles, para que la enseñanza a los uniformados se ciña a una «capacitación y entrenamiento del más alto nivel enmarcados en la ciencia militar».
Desde que asumió de forma transitoria el poder, Jeanine Áñez ha cambiado radicalmente la simbología a la que durante sus casi catorce años en el poder recurrió Evo Morales.
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OTROS SÍMBOLOS
«Que viva Bolivia» al final de sus discursos, en vez del «Jallalla Bolivia» que empleaba Morales, una palabra aimara y quechua que podría equivaler al viva en español.
De las referencia a la Pachamama o Madre Tierra que repetía el líder indígena, se ha pasado a mentar a Dios y la Biblia en el Palacio Quemado de La Paz, la histórica sede del Gobierno que Morales cerró en 2018 y Áñez reabrió el día que sumió el poder.
El primer acto de la presidenta provisional en ese palacio fue posesionar un nuevo mando militar en un acto junto a una Biblia y un crucifijo, aunque Bolivia es un Estado laico.
Morales está asilado en México desde el día que Áñez tomó posesión del cargo, después de que dos jornadas antes anunciara su renuncia, forzado por las Fuerzas Armadas.
La renuncia, tras denuncias de un supuesto fraude electoral para su reelección en los comicios del pasado 20 de octubre, es calificada de «golpe de Estado» por varios Gobiernos y políticos latinoamericanos.
Otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Jeanine Áñez y parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.
EFE
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