La gran mayoría de las familias afectadas por la explosión de hace un año en Beirut aún requiere ayuda humanitaria doce meses después y cerca de la mitad de ellas sigue necesitando reparar sus viviendas dañadas por la onda expansiva, alertó hoy el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Según una encuesta de la agencia de la ONU basada en entrevistas telefónicas a 1.187 personas, siete de cada diez hogares afectados solicitaron ayuda básica tras la deflagración que el 4 de agosto de 2020 acabó con la vida de más de 200 personas e hirió a más de 6.500.
Un año más tarde, «casi todas» esas familias siguen precisando asistencia, un tercio de los hogares tiene al menos un menor con repercusiones psicológicas y alrededor de la mitad de los afectados todavía necesita hacer reparaciones en sus viviendas, precisó Unicef en un comunicado.
«Cada niño en el área del Gran Beirut, unos 600.000 menores, se ha visto afectados de forma directa o indirecta, seis niños murieron en la explosión, mil resultaron heridos, millares perdieron a sus seres queridos», recordó el director de Unicef para Oriente Medio, Ted Chaiban, en una rueda de prensa en la capital libanesa con motivo del inminente aniversario de la tragedia.
La situación se ha deteriorado fuertemente desde entonces y en las últimas semanas un nuevo agravamiento de la crisis económica iniciada den 2019 ha hundido al país en una crisis de combustible, medicinas o electricidad mientras se sigue disparando la inflación por la pérdida de valor de la moneda local frente al dólar.
Chaiban alertó de que «el Líbano está tristemente en caída libre y en rápido riesgo de tocar fondo» por los efectos de la «triple crisis» económica, política y de la pandemia del coronavirus.
Ésta amenaza con empujar a todos los niños del país a una posición en la que necesitarían ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades básicas, pues ya en la actualidad más del 30 % de los menores se van a dormir con el estómago vacío y un 77 % de las familias carece de fondos suficientes para comprar comida.
El director regional de Unicef reconoció que, si bien la falta de electricidad ya es un grave problema para la población, a la agencia de Naciones Unidas le preocupa más un posible fin del suministro de agua.
Por ello, llamó a los líderes políticos a que aparquen sus diferencias para permitir la pronta formación de un gobierno en la nación mediterránea, que lleva casi un año en manos de un Ejecutivo interino.
«Ya es hora de unirse y formar un gobierno que tenga como núcleo ofrecer servicios a las comunidades y a la gente libanesa, un gobierno capaz de poner al país en el camino hacia la recuperación», concluyó Chaiban. EFE
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