Al menos 345 personas fueron detenidas en la noche del sábado 30 de mayo, y 33 policías resultaron heridos en las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd que tuvieron lugar en varios puntos de la ciudad de Nueva York, que arrancaron al mediodía con carácter pacífico pero que se tornaron violentas con el paso de las horas.
EFE
Según diversos medios locales, además de los cerca de 350 arrestados y los 33 agentes heridos, algunos de ellos de seriedad, un total de 47 vehículos policiales fueron dañados por los manifestantes, que lanzaron botellas de agua, contenedores de basura y otros objetos sobre los automóviles, e incendiaron varios de ellos, uno en la céntrica Union Square y varios más en la zona de Flatbush, en el sur de Brooklyn.
De los 350 arrestos, al menos 100 tuvieron lugar en Flatbush, donde la policía utilizó gas pimienta para tratar de controlar a los manifestantes, que habían empezado a lanzar objetos a las fuerzas del orden.
Además de quemar varios vehículos policiales, los manifestantes pintaron con grafitis los coches con las siglas «FTP» (Fuck the Police -Que le jodan a la policía) y saltaron encima de ellos, rompiendo los parabrisas y pinchando los neumáticos.
Aunque miles de personas tomaron las calles pacíficamente en Harlem a mediodía del sábado, para las 11 de la noche al menos 1.500 personas se enfrentaban con las fuerzas del orden en varios puntos de la ciudad como Union Square, Columbus Circle y la zona sur de Manhattan, o las áreas de Barclays Center y Flatbush de Brooklyn.
La policía ha sido fuertemente criticada por su actuación del sábado, después de que se publicaran en las redes sociales imágenes de dos vehículos arrollando a un grupo de manifestantes.
En el video se puede apreciar cómo un grupo de unos 30 manifestantes bloquean el paso a un vehículo de la policía con unas vallas, le lanzan botellas, bolsas de basura y otros objetos y, tras la llegada en apoyo de otro coche patrulla, embiste a una docena de personas, mientras que el segundo vehículo hace lo propio con algo menos de fuerza.
Por el momento no hay información fiable sobre heridos, mientras que el alcalde Bill de Blasio, en una rueda de prensa de urgencia la noche del sábado, justificó la acción policial ante una «situación excepcional» y «muy tensa» en la que los agentes fueron rodeados «con violencia» por parte de los manifestantes. «Los agentes tenían que salir de esa situación, estaban rodeados», adujo.
Por su parte, el comisario de la Policía de Nueva York, Dermot Shea, afirmó en un comunicado publicado en las redes sociales a primera hora del domingo que está «extremadamente orgulloso» de la manera en la que se han comportado los agentes durante los «consistentes peligros, faltas de respeto y actos denigrantes» a los que se han enfrentado en 2020.
«Lo que vimos anoche en Nueva York y la noche anterior no tenía nada que ver con protestar pacíficamente. No tenía nada que ver con desobediencia civil. No tenía nada que ver con manifestarse contra la brutalidad policial», agregó Shea.
«La destrucción voluntaria de propiedades nunca será una legítima expresión de furia ante las injusticias. Ello, en sí mismo, es una injusticia. Y ningún intento de justificar eso en la televisión, los editoriales de periódicos o en las redes sociales, va a cambiar eso jamás», sentenció.
Mientras, el defensor del pueblo de la ciudad de Nueva York, Jumanee Williams, tildó la respuesta de De Blasio ante la actuación de la policía del sábado de «terrible» y señaló que hay que responsabilizar a los agentes por sus acciones y que se necesita transparencia.
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