Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), rechazan categóricamente el informe sobre los derechos humanos en Venezuela, emitido por la misión internacional independiente de determinación de los hechos del 15 de septiembre de 2020.
El informe presentado contra Venezuela no sólo está políticamente motivado sino que denota evidentes inconsistencias debido a la falta de rigurosidad técnica con la que fue realizado. Buena parte de los argumentos están basados en hechos falsos, selectivos e interesadamente justificados, expresan por medio de un comunicado.
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El ALBA-TCP considera que un informe que trate sobre derechos humanos exige el riguroso respeto de los principios de objetividad, imparcialidad y no selectividad que, a todas luces, este informe no observa.
La Alianza advierte del grave daño que se le hace a la sagrada institución de los derechos humanos y del sistema multilateral que lo regula, al pretender presentar un documento de tan cuestionable veracidad.
El ALBA-TCP expresan su solidaridad con el Gobierno y el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela, que se encuentra luchando por su derecho a la autodeterminación y soberanía, conforme con los principios establecidos en la Carta de Naciones Unidas.
#COMUNICADO | Sobre el informe de supuestos “expertos en DDHH", el ALBA-TCP advierte del grave daño que se hace al sistema multilateral, con un documento de tan cuestionable veracidad y hace un llamado al respeto de los principios de objetividad, imparcialidad y no selectividad. pic.twitter.com/c8Ppyk0hpz
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) September 19, 2020
Una Misión Internacional a la que la Organización de las Naciones Unidas encargó investigar la situación de los derechos humanos en Venezuela volvió a poner en foco la brutalidad del régimen venezolano. Es que la pandemia mundial, las consecuencias económicas y algunos cambios de color político en la región había quitado del centro de debate lo ya conocido. Ahora, la ONU golpea la puerta de los distraídos con dureza. Su informe es inocultable.
En las 21 páginas, se señala al dictador Nicolás Maduro y sus ministros de Defensa, Vladimir Padrino López; y del Interior, Néstor Reverol, como figuras determinantes en graves crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad del país. El informe ofrece amplia información “que demuestra que las autoridades del Estado -tanto a nivel presidencial como ministerial- ejercían poder y supervisión sobre las fuerzas de seguridad civiles y militares, y las agencias identificadas como autoras de las violaciones y crímenes documentados”.
La Misión constató numerosos actos de tortura y otros malos tratos. En una lista, identifica las técnicas de las fuerzas chavistas para lastimas y humillas a los presos políticos:
- Fuertes golpizas
- Asfixia con sustancias tóxicas y agua
- Posiciones de estrés
- Reclusión prolongada en régimen de aislamiento en condiciones duras
- Violencia sexual y de género, incluida la desnudez forzada y violación
- Cortes y mutilaciones
- Descargas eléctricas
- Uso de drogas para inducir a la confesión
- Tortura psicológica.
“Algunos de estos actos provocaron lesiones físicas graves y/o permanentes. Esto incluyó la pérdida de funciones sensoriales o motoras, lesiones reproductivas, abortos, sangre en la orina y costillas rotas”, explica la misión de la ONU. Los horrores del régimen de Maduro, agregan, también provocaron traumas psicológicos graves y depresión. “El ex-capitán Rafael Acosta Arévalo murió bajo la custodia de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). La Misión tiene motivos razonables para para creer que su muerte fue resultado de tortura”, escriben en el informe.
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