Juan Carlos Márquez Cabrera, el exdirectivo de PDVSA que fungía como testigo clave en la última trama de corrupción chavista en España, llevaba una vida plácida y secreta en Madrid hasta que fue citado por la Audiencia Nacional para colaborar en la investigación que salpica al exembajador de José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela por corrupción y blanqueo de capitales. Desde entonces, un cúmulo de hechos extraños persiguieron al abogado. Así lo reseña ALnavío.
Por David Placer / ALnavío.
Hace cinco años, Juan Carlos Márquez Cabrera, exdirectivo de Petróleos de Venezuela (PDVSA), se mudó a un lugar de Madrid en el que pasaría inadvertido entre la creciente comunidad venezolana, en el barrio de Las Tablas, justo detrás de la sede central de Telefónica.
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Márquez, abogado y exprofesor de derecho en la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela, había adquirido un inmueble en la calle Valcarlos, una zona de clase media pujante en el barrio de Las Tablas, conquistado por jóvenes profesionales y comerciantes venezolanos.
En el bloque número 9 de la calle, disfrutaba de la piscina techada y el parque infantil con sus dos hijos pequeños, según recuerdan los vecinos del inmueble. Nunca vivió allí de forma ininterrumpida. “Iba y venía porque viajaba mucho. No hablaba demasiado. Apenas daba un buenos días o buenas noches. Hace tres años vendió la vivienda a un médico latinoamericano (no sabemos si venezolano) y no lo volvimos a ver”, explica un vecino del edificio.
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