El Comité Judicial del Senado de EEUU aprobó la nominación de Amy Coney Barrett, la jueza nominada por Donald Trump para completar la Corte Suprema, por lo que quedó a un paso de ser confirmada para el puesto.
La candidatura de Barrett fue aprobada por unanimidad en la comisión, ya que ningún demócrata se presentó para la votación, en protesta por realizar el proceso a pocos días de la votación presidencial.
El líder de la mayoría republicana en el Senado estadounidense, Mitch McConnell, confirmó esta semana que la votación final en el pleno de la Cámara (de mayoría republicana) se realizará el lunes. De esta forma, el oficialismo cumplirá su objetivo de completar el tribunal antes de las elecciones del 3 de noviembre.
Antes de ello, McConnell programará una votación este viernes para decidir si el Senado puede concentrarse solo en ese tema durante los días siguientes, para lo que solo necesita 51 votos de senadores que estén presentes en la Cámara, y luego se espera que el domingo haya un voto de procedimiento seguido de debate sobre el asunto.
Los republicanos controlan 53 de los 100 escaños del Senado, y por ahora, solo una integrante del partido, la senadora Susan Collins, ha dicho que votará en contra de confirmar a Barrett por considerar que no debe impulsarse una candidatura para un cargo vitalicio en el Supremo en vísperas de las elecciones.
Otra senadora republicana, Lisa Murkowski, ha criticado también esa maniobra de Trump y McConnell, pero no ha aclarado si votará en contra, mientras que el otro conservador moderado de la Cámara Alta, Mitt Romney, ha adelantado que respaldará la nominación de Barrett.
La confirmación de Barrett, de 48 años, inclinaría aún más a la derecha la composición del Supremo probablemente durante décadas, ya que dejaría en la corte a seis jueces de tendencia conservadora frente a tres magistrados progresistas.
Una vez en la corte, Barrett tendrá que decidir si se abstiene de participar en cualquier posible apelación que llegue al Supremo relacionada con los resultados de las elecciones, algo con lo que no quiso comprometerse durante sus audiencias de confirmación a pesar de haber sido nominada por uno de los dos candidatos en liza, Trump.
Los conservadores consideran además que la confirmación de Barrett será una “victoria histórica” para quienes se oponen al aborto, porque la jueza es contraria a ese derecho garantizado en EE.UU. desde 1973, aunque no ha querido aclarar si votaría para socavarlo.
(Con información de AFP y EFE)
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