El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció este sábado que extenderá hasta el lunes 11 de mayo la negociación con los acreedores por la reestructuración de la deuda pública emitida bajo ley extranjera por unos 66.239 millones de dólares y afirmó que “nadie quiere caer en ‘default’” (cese de pagos).
Fernández realizó el anuncio tras reunirse esta mañana con el ministro de Economía, Martín Guzmán, para analizar “el avance de la reestructuración de la deuda” luego de que el viernes venciera el plazo inicial para que los acreedores privados aceptaran la oferta del Gobierno argentino.
“Continuamos dialogando de buena fe con los acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo sostenible. La posibilidad de extender la oferta continúa vigente hasta el lunes 11 de mayo. Cuando este plazo venza definiremos los pasos a seguir”, informó el mandatario en su cuenta de la red social Twitter tras el encuentro.
“Como siempre, nuestro objetivo es asumir compromisos que podamos cumplir”, agregó Fernández, quien horas antes había revelado que tenía “noticias de que puede haber contraofertas”.
El Gobierno no informó aún el resultado que obtuvo la propuesta argentina, aunque según indicaron analistas privados el nivel de adhesión estuvo muy por debajo de las expectativas oficiales.
De acuerdo a la oferta presentada el 22 de abril ante la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés), los acreedores tenían tiempo hasta las 17:00 horas de Nueva York (21:00 GMT) del viernes pasado para prestar su conformidad, pero en el mismo prospecto de la oferta Argentina se reservaba la posibilidad de extender el plazo.
En una entrevista que brindó este sábado, el presidente argentino aseguró que “nadie quiere caer en ‘default’”.
“Tanto no queremos caer en ‘default’ que hacemos una oferta para no caer en ‘default’”, declaró Fernández a la radio Futuröck de Buenos Aires, y defendió la propuesta al asegurar que “objetivamente, los acreedores no pierden, solamente ganan menos en un mundo que se ha dado vuelta”.
La oferta lanzada hace tres semanas por Argentina propone a los acreedores un período de gracia de tres años, es decir, empezar a pagar recién en 2023, con un tasa inicial del 0,5 %, que se incrementaría paulatinamente hasta un interés promedio del 2,33 % y una tasa máxima de 4,875 %.
La propuesta implica reducir el capital en 3.600 millones de dólares, lo que equivale a una quita del 5,4 % sobre el stock adeudado, y los intereses en 37.900 millones de dólares, lo que equivale a una quita de intereses del 62 %.
Fernández aseguró que la propuesta argentina se elaboró con “seriedad”: “Esta vez tenemos una suerte de aval del principal auditor de las finanzas internacionales que es el Fondo Monetario (Internacional, FMI) y la verdad es que nuestra propuesta guarda en un 100 % el criterio de sostenibilidad que el Fondo ha propuesto, por lo que yo espero que esta vez entiendan y nos acompañen”.
EFE
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