La Armada paraguaya informó este viernes del reemplazo del comandante del Área Naval del Este, el capitán Walter Díaz, «mientras dure la investigación y el esclarecimiento» de la investigación iniciada por la Fiscalía a raíz de un presunto procedimiento irregular y torturas.
En su lugar, asumirá el cargo el capitán Christian José Rotela, según el comunicado difundido por la Armada este viernes.
El Ministerio Público solicitó informes este viernes sobre el allanamiento por parte de los militares en el barrio San Miguel, de Ciudad del Este, donde los pobladores también denunciaron violencia y torturas, como apuntaron medios locales.
Los hechos ocurrieron la madrugada del jueves, durante un tiroteo entre supuestos contrabandistas y una patrulla de la Armada a orillas del río Paraná, en la frontera con Brasil.
El operativo se saldó con la detención de unas 35 personas, todos pobladores del barrio, que fueron alojados en la Base Naval para ser sometidos a pruebas de parafina para determinar si participaron en el ataque.
Los marinos, según su relato, fueron atacados desde tierra con armas automáticas, lo que desencadenó un intenso tiroteo en el que fue herido el suboficial de tercera Marcos Gabriel Agüero González, de 22 años, en coma inducido tras ser ingresado con pronóstico reservado en el hospital regional de Ciudad del Este.
El joven falleció este viernes a causa del disparo de bala que había recibido en la cabeza la noche anterior y desde la Armada paraguaya lamentaron esta «irreparable pérdida para toda la gran familia naval».
DENUNCIAS POR VIOLENCIA
La Consejería Municipal por los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Codeni) de Ciudad del Este denunció en sus redes sociales «el actuar de los oficiales de la Policía Militar por el enfrentamiento» ocurrido en el barrio San Miguel y Remansito.
La Codeni aludió de forma particular al impacto de esta actuación sobre los niños que quedaron «traumatizados con el hecho» y que provocó que una niña de dos años se rompiera la boca tras una caída durante el allanamiento.
«Lamentamos que estos sucesos ocurran de manera totalmente imparcial y cobarde, sobrepasando los derechos de los niños y adolescentes que sin opción debieron presenciar estos actos correspondientes», decía la publicación.
Ciudad del Este, capital del departamento de Alto Paraná, es una las urbes más golpeadas por el cierre de fronteras motivado por la pandemia del coronavirus, ya que el 90 % de su comercio está enfocado a Brasil, por lo que ha proliferado el contrabando hacia el vecino país a través del río Paraná.
El bloqueo del cruce fronterizo ha dado lugar a un sostenido tráfico fluvial ilegal de paraguayos que regresan de Brasil, foco latinoamericano de la pandemia del SARS-CoV-2, para evitar la cuarentena obligatoria en albergues.
También es frecuente en la región incidentes armados en el lado brasileño entre patrullas del vecinos país con contrabandistas o traficantes de drogas. EFE
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