El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró este jueves sus primeros 100 días en el poder con un viaje a Georgia, uno de los estados que logró arrebatar a Donald Trump y que no solo le llevó a la Casa Blanca sino que también le entregó el control del Congreso.
EFE
En Georgia, Biden y la primera dama, Jill Biden, empezaron el día con una visita privada al expresidente Jimmy Carter (1977-1981) y la exprimera dama Rosalynn Carter.
Tras la visita, el matrimonio presidencial voló hasta la capital de Georgia para celebrar un mitin en el municipio de Duluth, en los suburbios de Atlanta, que fueron clave para el triunfo electoral de Biden aquí en noviembre.
BIDEN ENFRENTA PROTESTAS
Lo que tenía que ser un mitin de celebración de los 100 días, sin embargo, se estropeó por las protestas de manifestantes poco después del inicio del acto.
«¡Termine ahora con las detenciones!» o «¡Cierre el ICE!», es decir, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, fueron algunos de los gritos que se escucharon contra el presidente, que más allá de la pandemia ha tenido a la inmigración como su reto principal.
Con algo de hastío pero sin perder la compostura, Biden replicó: «Estoy trabajando en ello, hombre. Denme cinco días más».
Y dirigiéndose al resto de asistentes dijo: «Amigos, todos ustedes saben de lo que (los manifestantes) están hablando. No debería haber prisiones privadas. Punto. Ninguna. Punto. Y estamos trabajando para cerrarlas todas».
El presidente prometió en campaña suspender todos los contratos del Gobierno con cárceles privadas, pero hasta el momento solo ha ordenado cancelar los que albergan presos comunes, dejando en pie los relacionados con inmigrantes.
«ESTAMOS TRABAJANDO DE NUEVO»
Biden invirtió gran parte del resto de su discurso en Georgia a promocionar sus billonarios planes de empleo y de bienestar social, presupuestados en más de 4 billones de dólares y que requieren de que el Congreso los apruebe.
Pero sobre todo quiso trasladar el mensaje de que con su llegada al poder, el Gobierno está «trabajando de nuevo» en todos los frentes, desde la campaña masiva de vacunación hasta la lucha contra la crisis climática.
«Estados Unidos vuelve a estar en marcha. Elegimos esperanza sobre miedo, verdad sobre mentiras, luz sobre oscuridad. Estamos trabajando. Estamos trabajando de nuevo. Estamos soñando de nuevo, descubriendo de nuevo. Estamos liderando el mundo de nuevo», dijo.
El mitin en Georgia llegó el día después de que Biden pronunciara su primer discurso ante una sesión conjunta de las dos cámaras del Congreso.
En ese discurso el presidente se centró precisamente en instar a la oposición republicana, que hasta ahora ha boicoteado toda su agenda legislativa, a que apoye sus planes billonarios.
100 DÍAS CON BIDEN
El orden volvió a la Casa Blanca en los cien primeros días de Joe Biden, un presidente cuyo pragmatismo y discreción le han deparado un comienzo más productivo que el de sus predecesores, aunque no ha podido cumplir por ahora su principal promesa: unir a un país profundamente polarizado.
Biden asumió su cargo en los estertores de uno de los sucesos más graves de la historia de EE.UU., un asalto al Capitolio espoleado el 6 de enero por el entonces mandatario, Donald Trump, que envenenó a sus seguidores con la mentira de que le habían robado las elecciones.
Esa polarización ya no absorbe todo el oxígeno de Washington como ocurría durante la era Trump, pero sigue asomando la cabeza en los debates sobre la inmigración, las restricciones al voto, el racismo y la brutalidad policial o las vacunas contra la covid-19, entre otros temas.
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