Senegal y Ruanda llegaron a un acuerdo con la farmacéutica alemana BioNTech para construir sus primeras fábricas de manufactura de vacunas de ARN mensajero en África.
BioNTech, que desarrolló la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el COVID-19, dijo el martes que la construcción comenzará a mediados de 2022. Trabaja con el Instituto Pasteur en Dakar, la capital de Senegal, y el gobierno de Ruanda, indicó en un comunicado.
Se espera que el proyecto responsa ante la escasez de vacunas contra el COVID-19 en el continente y aumente su campaña de vacunación, que actualmente abarcó con pauta completa a apenas al 5,2% de su población, según información oficial.
“Instalaciones de primer nivel como ésta salvarán vidas y cambiarán las reglas del juego para África, y podrían generar millones de vacunas innovadoras producidas para africanos, por africanos en África”, dijo Matshidiso Moeti, director regional para África de la Organización Mundial de la Salud.
Ugur Sahin, cofundador y CEO de BioNTech, dijo que su objetivo es “desarrollar vacunas en la unión africana y establecer capacidades de producción de vacunas sustentables para mejorar conjuntamente la atención médica en África”.
La empresa “ayudará en la construcción del sitio para la fabricación y también brindará asistencia en el desarrollo de capacidades y el intercambio de conocimientos”, dijo el ministro de Salud de Ruanda, Daniel Ngamije, al firmar el acuerdo en Kigali. La fábrica estará ubicada en la Zona Económica Especial de la capital, agregó.
En agosto, BioNTech ya había acordado trabajar con Ruanda y Senegal para establecer instalaciones en África capaces de desarrollar de principio a fin vacunas basadas en ARNm bajo licencia.
Actualmente, solo el 1% de las vacunas que se utilizan en África se fabrican en el continente. La Unión Africana quiere aumentar esta proporción al 60% para 2040.
El novedoso proceso de ARNm o ARN mensajero usa código genético para aumentar la proteína del coronavirus y se cree que genera una mejor respuesta inmune que las vacunas tradicionales. Científicos esperan que la tecnología, que es más fácil de extender que los métodos tradicionales de vacunación, podrían finalmente usarse para desarrollar vacunas contra otras enfermedades, incluida la malaria.
BioNTech indicó que la instalación en África eventualmente producirá unas 50 millones de dosis de la vacuna por año, con la capacidad de aumentar.
El anuncio se produce en momentos en los que las empresas farmacéuticas se enfrentan a una presión cada vez mayor para levantar las patentes de sus vacunas contra el COVID-19 para ayudar a producir dosis en regiones que aún experimentan severos problemas de escasez.
Sin embargo, existe una feroz resistencia por parte de las grandes farmacéuticas y sus países de origen, que insisten en que las patentes no son los principales obstáculos para aumentar la producción y advierten que la medida podría obstaculizar la innovación.
En julio, Pfizer y BioNTech anunciaron que se asociarían con Biovac Group para embotellar su vacuna en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, a partir de 2022.
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