«¿Va a pagar con bitcoin o dólares?», nos pregunta riendo Celina Fuentes, empleada de un comedor de El Zonte cuando terminamos de comer nuestras pupusas, el plato típico de El Salvador.
Por BBC MUNDO
Este pequeño pueblo pesquero en la costa del país centroamericano es considerado desde hace días algo así como el epicentro mundial del uso de bitcoin.
El Zonte se ganó este titulo cuando el presidente Nayib Bukele lo citó como inspiración de su «Ley Bitcoin» por la que esta criptomoneda convivirá junto al dólar como moneda de curso legal en todo El Salvador a partir del 7 de septiembre.
«Ustedes demostraron que esto no es algo solo para gente rica. Quiero decir, esto es para todos (…). Ustedes son los pioneros aquí», dijo el mandatario en Twitter el 8 de junio. En ese momento se votaba la nueva norma en el Congreso y entre críticas de la oposición por falta de información de esta medida anunciada por primera vez solo tres días antes.
Bukele se refería al proyecto «Bitcoin Beach», gracias al cual habitantes de El Zonte ya comenzaron a utilizarla hace unos dos años en sus comercios o en el pago de salarios. Muchos aseguran que les ayudó a sobrevivir durante la pandemia.
Pero otros vecinos se resistieron a adoptarla, asustados especialmente por la volatilidad e inestabilidad del valor de una moneda que no pueden tocar y la necesidad de contar con un teléfono inteligente conectado a internet para usarla.
Y aunque defensores del bitcoin como Bukele creen que este experimento demostraría los beneficios de que se implemente en todo el país, varios expertos creen que la experiencia de El Zonte es «artificial» y no comparable desde el momento en que la criptomoneda fue introducida mediante obsequios a los vecinos a través de un donante que aún nadie conoce.
Turismo tecnológico
Podría pensarse que si el uso del bitcoin logró penetrar aquí es porque El Zonte es una especie de Silicon Valley, llena de empresas tecnológicas y vecinos con educación superior aficionados a la tecnología.
Pero basta caminar por este pueblo en el que siempre impera un sofocante y húmedo calor para darse cuenta de que nada tiene que ver con esa imagen.
La inmensa mayoría de sus casas están hecha con láminas de chapa o bloques de concreto. Sus caminos son de tierra y muchos quedan intransitables por el barro cuando llueve. El sistema de drenaje es defectuoso y la iluminación escasa, aunque la vida nocturna también brilla por su ausencia.
Ubicado a unos 45 minutos en auto al sur de la capital San Salvador, muchos de sus habitantes viven de lo que venden en sus humildes tiendas, comedores o puestos ambulantes.
Unos pocos hoteles algo más lujosos o restaurantes a pie de playa son la excepción, frecuentados por visitantes y surfistas atraídos por la furia de las olas de esta zona del Pacífico.
En este escenario, no deja de llamar la atención una imagen que se repite en multitud de rincones: la B naranja característica del bitcoin, así como los carteles de «Se aceptan bitcoins» que lucen muchos de sus pequeños negocios.
Ahora El Zonte sumó un inesperado punto de interés para turistas: su cajero automático de bitcoin. Frente a él se ven grupos de personas durante todo el día que en ocasiones no hacen más que tomarse selfies o grabarse videos utilizándolo.
Este es uno de los tres únicos puntos que existen en todo el país donde se pueden cambiar dólares por bitcoin, y viceversa.
Jessica Velis es quien se encarga de atender pacientemente a quienes se acercan al cajero cargados de dudas sobre el sistema de bitcoin. Dice que si antes le llegaban al día entre dos y cinco personas, desde que el presidente Bukele anunció la leyson unas 40.
«La verdad que ella nos informa mucho más que el propio presidente sobre como funciona (la aplicación) de Bitcoin Beach, cómo abrir una cuenta y hacer los cambios de moneda en el cajero», se queja uno de los clientes.
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