El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, defendió hoy en la Eurocámara al acuerdo de asociación política y cooperación entre la UE y Cuba y rechazó que fondos comunitarios financien organizaciones afines al Gobierno cubano.
«Este acuerdo nos ha proporcionado un marco estable para un diálogo político regular que antes no existía», recalcó Borrell ante el hemiciclo con ocasión de un debate sobre la situación en la isla.
Borrell dejó claro que ese tratado, en vigor desde hace más de tres años y el primero que pactan ambas partes, les permite cooperar y «apoyar el proceso de modernización y reformas en Cuba».
«Tratamos cuestiones de derechos humanos pero también trabajamos juntos para fomentar un desarrollo inclusivo y sostenible a través de una cooperación que es muy amplia», comentó, y puso de ejemplo que están estudiando las posibilidades de aumentar la producción de vacunas contra la covid-19 «sobre la base de algunos avances científicos realizados en la propia Cuba».
A su vez, Borrell recordó que la UE sigue siendo «el primer socio de Cuba en cooperación, comercio, inversiones», y que desde que empezó a aplicarse el acuerdo, el diálogo político ha ido «regularmente precedido de encuentros con la sociedad civil, que reúne a oenegés europeas y cubanas».
«Hasta ahora es cierto que estas reuniones formales han incluido solo a organizaciones cubanas registradas con las autoridades, pero la UE está ahora recabando opiniones de todas las partes de la sociedad civil cubana en otros escenarios y a través de otros contactos», comentó.
En todo caso, rechazó que el dinero de la cooperación europea financie a organizaciones del régimen cubano.
«Damos a organizaciones civiles 8,4 millones de euros. 7,6 millones están gestionados por organizaciones de la sociedad civil de la UE, que por definición no son parte del Gobierno cubano», señaló el jefe de la diplomacia comunitaria.
Agregó que otros 800.000 euros son gestionados por organizaciones de la sociedad civil cubana «seleccionadas cuidadosamente» por la delegación de la UE en La Habana con las condiciones de que sirvan al interés general o tengan un papel de mediadores entre las autoridades y la ciudadanía.
«No creo que tengamos que abandonar el actual sistema. Podemos mejorarlo, pero volver al anterior sistema no creo que mejorara para nada», comentó en referencia a la posición unilateral de la UE hacia la isla que fue revocada para aplicar el nuevo acuerdo bilateral.
DIVISIÓN ENTRE LOS EURODIPUTADOS
En el debate, el parlamentario del conservador Partido Popular Europeo Leopoldo López Gil pidió «revisar» el acuerdo político y de cooperación y que desde la UE se abogue por «la libertad de Cuba y de los cubanos», ante la «violación flagrante y constante» de sus derechos «por parte del régimen cubano», dijo.
El socialista Javi López, en cambio, puso en valor que el acuerdo otorgue un marco para cooperación y «conversaciones críticas pero respetuosas» que incluyen «los derechos humanos y preocupaciones sobre libertades individuales», por lo que rechazó «de plano cualquier tipo de estrategia de bloqueo».
La liberal Dita Charanzová consideró que «no tenemos un verdadero diálogo de derechos humanos» y que «el régimen impide la participación de ONG europeas y cubanas, por lo que pidió «defender nuestros valores» y «suspender el acuerdo con Cuba como último recurso».
El eurodiputado de los Verdes/ALE Jordi Solé afirmó en cambio que «sería un error desviarnos de este marco de relaciones» cuando «se están viviendo ciertos cambios en Cuba, cierta apertura, cierta modernización», mientras que el eurodiputado de extrema derecha Hermann Tertsch hizo hincapié en que la UE está «pagando mucho dinero ilegalmente, a asociaciones que no son sociedad civil».
«En Cuba se vulneran los derechos humanos, pero en Guantánamo», dijo Manu Pineda, de Izquierda Unida, sobre la base militar estadounidense, al tiempo que puso a la isla como «ejemplo de solidaridad internacional».
Por su parte, la Embajada de Cuba en Bruselas lamentó en un comunicado este debate parlamentario, con el que consideró que un grupo de eurodiputados pretende «entorpecer las relaciones bilaterales entre Cuba y la UE y socavar la implementación» del acuerdo, que a su juicio se aplica «de una manera positiva».
«Existe una clara voluntad política de las partes de continuar creando puentes entre nuestros pueblos y gobiernos a través del mismo, a pesar de las diferencias existentes», concluyó.
EFE
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