Carlos Mesa se presenta en esta entrevista con diario EL PAÍS como el candidato presidencial de la unidad ante una sociedad que considera fracturada por el MAS de Evo Morales
Carlos Mesa (La Paz, 1953) disputará este domingo la presidencia de Bolivia ante Luis Arce, el hombre elegido por el expresidente Evo Morales para devolver al MAS al Palacio Quemado. Mesa ya fue presidente en 2003, cuando sucedió a Gonzalo Sánchez de Lozada. Renunció dos años después, acorralado por la misma convulsión social que había expulsado a su predecesor. El año pasado perdió ante Evo Morales, pero la anulación de aquella elección sospechada de fraudulenta le da ahora una nueva oportunidad. Por videoconferencia desde La Paz, Mesa dice a EL PAÍS que promoverá la unificación política y social de Bolivia, asume la gravedad de la crisis económica que atraviesa su país y pide a su rival del MAS que respete los resultados si le son adversos.
Francesco Manetto | Federico Rivas Molina | El País
Pregunta. ¿Ha ganado algo Bolivia en los últimos 12 meses?
Respuesta. Ha ganado una conciencia clara del valor de la democracia. Esa conciencia ha movilizado a la sociedad. Ese es el elemento más importante de la conquista histórica de esta crisis terrible que nos dejó Morales con su fraude gigantesco.
¿Pero Bolivia está hoy peor, mejor o igual que hace un año?
Desde el punto de vista de la vocación democrática de la sociedad boliviana soy optimista. Sin embargo, hay heridas muy profundas que tenemos que cerrar y desde luego no puedo desconocer la preocupación económica. La situación es peor que en 2019, pero tiene que ver con la covid. El déficit heredado del MAS fue el 8% del PIB. Ese 8% se ha incrementado, la deuda es mayor y el decrecimiento del PIB es muy preocupante.
¿Confía ahora en el tribunal electoral?
Confío, primero, porque es un tribunal elegido por unanimidad por la Asamblea, con dos tercios de control del MAS. Segundo, porque las personas que lo integran tienen una trayectoria impecable. Tercero, porque en este momento es un órgano independiente, diferencia radical que tiene con el anterior.
¿Estaría dispuesto a acordar con el MAS en el Congreso?
Me gustaría mucho que el MAS aprendiera a hacer oposición, cosa que no ha dejado que los otros partidos hagan durante sus 14 años de Gobierno. El presidente Morales nuca se reunió con el jefe de la oposición. Si me toca, mi relación con el MAS deberá ser de Gobierno a oposición, no de Gobierno a aliado.
¿Con qué sectores piensa formar Gobierno, si gana el domingo?
Estamos articulando alianzas con sectores sindicales, gremiales y juntas vecinales de un escenario variopinto y múltiple. Bolivia es un país bien organizado en redes, pero el MAS gobernó dividiendo. Estamos trabajando sobre un espacio de negociación de otra naturaleza. No puedes gobernar sin base política y sin base social.
Uno de los problemas de fondo es la fractura política y social. ¿Cuál es su hoja de ruta para unir al país?
Podré tener éxito o no, pero no tengo duda de que el único candidato que propone y puede llevar adelante un camino de reconciliación, de restañamiento de heridas y de reconstrucción de la unidad soy yo. Hay que romper el mito, sobre todo para la comunidad internacional, de que un país que tiene 40% de indígenas, según el censo de 2012, tiene que ser indígena o no indígena. La vocación democrática inclusiva no depende del color de piel. Sería interesante que los países industrializados del mundo, y sobre todo los europeos, juzguen a un presidente no por su color de piel sino por lo que hacen. Mi compromiso es profundizar la lucha contra el racismo, la exclusión y la discriminación.
El ánimo de las últimas semanas parece caldeado ¿Existe el riesgo de un estallido social?
El ambiente está caldeado porque el señor Luis Arce ha decidido una interpretación surrealista del proceso electoral: “Si gano la elección, no hay fraude; si pierdo la elección, hay fraude”. ¿Cuáles son los elementos de análisis que tiene el señor Arce para presumir que habrá un fraude? ¿Cuál es el fundamento político, institucional y técnico? Ninguno, cero. “Si no gano”, dice Arce, “voy a sacar a mis militantes a la calle”. Y ustedes saben lo que es el MAS en la calle. No es la resistencia pacífica de una marcha. Es bloqueos, es violencia, es asalto a lugares determinados. Eso es lo que me preocupa: un candidato que se comporta como Evo Morales. Si el voto popular le da el triunfo al señor Arce, yo lo voy a reconocer, así de clarito.
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