“Deséenme suerte con la gran apertura”, escribió hace menos de dos semanas el famoso chef Nusret Gökçe, conocido en las redes como “Salt Bae” por su particular forma de condimentar los platos. Sin embargo, la fortuna no fue suficiente para evitar el pronto cierre de su nuevo local en Boston, por incumplimiento de las normas preventivas contra la pandemia de coronavirus.
El restaurante Nusr-Et Boston funcionó por una semana en la que todo parecía un éxito. Según afirmó, se trata del local número 21 de su cadena gastronómica, que ha tenido un gran crecimiento luego de que se convierta en una estrella de Instagram.
Sin embargo, en este caso la falta de mesura fue su perdición. El propio chef mostró en sus redes la larga fila que se formaba en la puerta, sin respetar la distancia social y con varias personas sin mascarillas. Adentro, aunque las mesas estaban separadas, también había algunas aglomeraciones, especialmente cuando Nusret pasaba a saludar.
La Junta de Licencias de Boston dijo que el restaurante representaba una “amenaza inminente para la salud y la seguridad pública como resultado del continuo y repetido incumplimiento de las normas de seguridad pública de COVID-19”, informó The Boston Globe. Las autoridades ordenaron el cese inmediato de operaciones, suspendió indefinidamente la licencia para vender alcohol y tenían programado realizar este martes una audiencia de inspección, con un pronóstico poco alentador para el empresario.
Los funcionarios dijeron que los inspectores que visitaron el restaurante encontraron violaciones incluyendo una “larga fila de clientes y la falta de distancia social”.
Las violaciones listadas en el sitio web de la ciudad incluían clientes y empleados que no llevaban máscaras, junto con salidas de emergencia bloqueadas. Además, múltiples quejas en el sitio web 311 de la ciudad también describían pasillos estrechos, con muchos clientes y empleados sin equipos de protección.
El concejal Ed Flynn, que representa al barrio de Bay Village donde se encuentra el restaurante, dijo que pedirá a la junta que suspenda su licencia indefinidamente. “Tengo cero tolerancia para este comportamiento imprudente”, dijo.
El empresario, que cuenta con 30 millones de seguidores en Instagram, sufrió en 2018 una crisis de imagen cuando sirvió un fastuoso banquete al líder chavista Nicolás Maduro. Las chuletas de cordero que les sirvió al dictador y a su esposa Cilia Flores en Estambul cuestan alrededor de USD 250 en sus restaurantes de Estados Unidos.
Tras conocerse las imágenes, sus restaurantes afrontaron una avalancha de comentarios negativos y bajas puntuaciones en páginas de críticas gastronómicas. Además, un grupo de manifestantes realizó una protesta en un local de Miami.
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