Chilenos en Australia y Nueva Zelanda abrieron sus centros electorales para decidir si aprueba o rechaza el proceso constituyente para cambiar la Constitución redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Casi un centenar de chilenos abarrotaron desde temprano el centro de votación en la ciudad de Sídney, donde se implementaron medidas de seguridad e higiene contra la covid-19, como es el uso de mascarillas y la distancia física entre las personas a la hora de formar las colas como para emitir su voto.
«La circunscripción de Sídney, en el contexto de Australia, es más significativa en cuanto al número de personas inscritas. Tenemos inscritas 2.476 personas, siendo el cuarto consulado a nivel mundial que tiene el mayor número de personas», dijo a Efe Humberto Molina, presidente de la Junta Electoral en Sídney y excónsul de Chile en esta ciudad.
En toda Australia, están inscritas para votar en este plebiscito otros 1.975 chilenos que viven en ciudades como Melbourne, Brisbane, Perth y Camberra, además de otros 1.492 ciudadanos en el vecino Nueva Zelanda.
Los cierres de las fronteras internas en Australia por la covid-19 han dificultado el traslado de muchos chilenos a sus centros de votación desde otros estados del país oceánico, así como en la ciudad de Melbourne, en donde sus casi cinco millones de habitantes no pueden desplazarse más de 25 kilómetros de su vivienda.
«Debe coincidir el derecho a voto con las medidas que toman las autoridades sanitarias del país en cuestión. Nosotros no podemos sobrepasar esas medidas», dijo Molina al precisar que en el caso de Melbourne se ha «buscado una fórmula» para que los chilenos porten cartas autorizando su desplazo hacia el centro de votación.
Nicolás Walker, un joven chileno que fue al centro de votación de Sídney temprano, declaró a Efe que considera que «Chile puede cambiar las leyes sin violencia, sin armas y solamente como un lápiz», mientras que Jimena Bombalet destacó la importancia de votar porque «es importante elegir el destino de mi país».
Más de 14,7 millones de chilenos están llamados a decidir si quieren reemplazar o no la actual Constitución -heredada del régimen de Augusto Pinochet (1973-1990)- y el órgano que debería redactar el nuevo texto.
El referéndum, que fue aplazado por la pandemia y que se celebrará en medio de restricciones sanitarias y con una economía mellada, busca descomprimir la grave crisis social que estalló en octubre de 2019 y dejó una treintena de muertos y miles de heridos.
De ganar la opción «Apruebo», la elección de los constituyentes se realizará en abril y la nueva Constitución -que debe redactarse en un máximo de un año- se ratificará en otro plebiscito, este con voto obligatorio.
EFE
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