El abogado y periodista Chen Qiushi, desaparecido desde el pasado 6 de febrero tras viajar a la ciudad de Wuhan para informar sobre la crisis sanitaria del coronavirus, se encuentra en «buen estado de salud» pero continúa bajo «supervisión del Gobierno», según un amigo cercano.
Chen viajó el pasado 24 de enero a Wuhan, según atestiguan sus publicaciones en YouTube, y desapareció varias semanas después tras informar de que los hospitales locales de la ciudad tenían pocos recursos y se topaban con dificultades para tratar a todos los pacientes.
Desde entonces nadie ha sabido nada sobre su paradero, pero su amigo Xu Xiaodong, un popular luchador de artes marciales mixtas (MMA), ha asegurado en un vídeo en la misma plataforma que se encuentra en «un lugar seguro».
«Está bajo supervisión. Aún no ha vuelto a casa», comenta en el vídeo, mientras que un abogado especializado en casos relacionados con los derechos humanos comentó al periódico South China Morning Post que Chen se encuentra en la ciudad oriental de Qingdao, donde viven sus padres.
«De momento, las autoridades han decidido no procesarlo, y no es legal que lo sigan manteniendo bajo vigilancia», indicó esta fuente.
Al margen de Chen, otros ciudadanos que también narraron la actualidad de Wuhan también desaparecieron, como el empresario Fan Bing o el joven reportero Li Zehua, aunque este último fue puesto en libertad en abril.
El mismo día 6 de febrero, cuando el entorno de Chen recibía las últimas noticias de su amigo, la ira de millones de internautas chinos estaba a punto de converger con la muerte, horas después, de Li Wenliang.
Li, oftalmólogo de 34 años, fue reprendido a finales de diciembre por la Policía de Wuhan tras alertar a sus colegas de que en el hospital donde trabajaba había un grupo de enfermos con síntomas de una neumonía similar a la del SARS, que azotó a China en 2003; finalmente, falleció por Covid-19.
Su deceso desató una oleada de homenajes y críticas en las redes sociales chinas por la actuación de las autoridades al intentar silenciarle, aunque finalmente fue declarado oficialmente «mártir» de la lucha contra el coronavirus en abril.
En Wuhan, las autoridades locales tardaron en dar parte de la información disponible sobre el brote, debido, según el entonces alcalde, Zhou Xianwang, a que necesitaban la aprobación de instancias superiores para hacerlo.
Durante los meses más duros de la pandemia también se trató de contener el flujo de información a través de los medios tradicionales y de otros como el canal del periodista Chen, según Wu Qiang, analista político citado por South China Morning Post.
«El aparato policial, que tiene autoridad para anteponerse a los sistemas administrativo y médico, fue la principal herramienta para controlar a la gente y controlar la opinión pública. Esto incluyó las informaciones de los llamados «periodistas ciudadanos», que eran «la principal preocupación de las autoridades», explica el experto.
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