Grupos de hondureños iniciaron este domingo desde diferentes puntos de la geografía estadounidense un viaje para poder llegar el martes próximo ante la Casa Blanca, donde se juntarán con cientos de compatriotas para pedir al presidente Joe Biden un nuevo Estatus de Protección Temporal (TPS) para su país.
Los inmigrantes hondureños partieron en coches particulares desde ciudades como Houston (Texas) o Sacramento (California), explicó este domingo a Efe Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de Septiembre.
El lunes y martes iniciarán su trayecto otros hondureños desde «casi todos los estados» del país para pedir a Biden que dé un estatus migratorio legal a los cerca de un millón de inmigrantes indocumentados de ese país centroamericano que, calculó, viven en EE.UU.
Según datos del Centro Pew, unos 79.000 hondureños están amparados actualmente en el «viejo» TPS, que se estableció en 1998 y que está prorrogado hasta el 4 de octubre próximo mientras se resuelve una disputa judicial sobre la cancelación del programa que decidió el expresidente Donald Trump.
El Gobierno de Estados Unidos designa los países donde los desastres naturales o la violencia justifica el amparo dado a quienes escapan de esas naciones y les protege de la deportación y les otorga permisos de trabajo.
Sin embargo, para Flores y los cientos de hondureños que se prevé viajen hasta la capital estadounidense es imprescindible un nuevo TPS para su país, que actualmente «no ofrece condiciones» para que puedan regresar.
«Tras el huracán Iota (que azotó el país en 2020) ya no hay esperanza», indicó.
Por eso, y en un acto de «patriotismo», decidieron reunirse el martes frente al monumento de Abraham Lincoln y desde allí marchar hasta la Casa Blanca, donde «humildemente» le pedirán a Biden que les dé un nuevo TPS.
El presidente de su país, Juan Orlando Hernández, viajó en diciembre pasado a Washington, donde pidió la ampliación del actual TPS, que solo ampara a unos 44.000 hondureños.
Pero Flores considera que EE.UU. no ha aprobado ese nuevo programa debido a la «separación de la amistad» entre Washington y Tegucigalpa por la corrupción que existe en su país, y que está provocando que esté cada vez más «aislado» en la escena internacional y después les toca «acarrear» a ellos las «irresponsabilidades» de sus mandatarios.
El presidente de la Fundación 15 de Septiembre dijo que eso quedó patente después de que recientemente el Gobierno Biden aprobó el TPS para Venezuela y Birmania y no para Honduras.
«Estamos completamente abandonados por los políticos de nuestro país y por eso tenemos la penosa obligación de ir a Washington», dijo.
Esta iniciativa servirá además para lanzar un «SOS por Honduras», que, en su opinión, está sumido en la «desgracia y la miseria» por culpa de sus dirigentes.
Por ese motivo, los hondureños que emigraron a EE.UU. «avalan» la decisión del Gobierno de que ni un dólar de los 4.000 millones que Biden quiere entregar durante los próximos cuatro años a Centroamérica acabe en manos de sus presidentes, sino que se entregue a las ONG, organizaciones internacionales e instituciones religiosas que trabajan sobre el terreno.
El anuncio de Washington coincide con las acusaciones de narcotráfico contra el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, que han salido a la luz durante un juicio en Nueva York contra un supuesto narcotraficante con quien el mandatario hondureño cooperó durante años, según los fiscales. EFE
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