Un total de cincuenta aeronaves y buques de guerra chinos transitaron los alrededores de Taiwán por tercer día consecutivo, en medio de un gran despliegue naval de China en el Pacífico que las autoridades de Pekín todavía no han confirmado, informaron este jueves fuentes oficiales taiwanesas.
EFE
En un comunicado, el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán indicó que, entre las 06:00 hora local del miércoles (22:00 GMT del martes) y las 06:00 hora local del jueves (22:00 GMT del miércoles), había detectado 34 aeronaves y 16 buques de guerra chinos en las inmediaciones de su territorio.
Esta cifra de barcos es la más elevada registrada desde el pasado 24 de mayo, cuando un total de 27 embarcaciones militares participaron en la operación Joint Sword 2024A («espada unida», en inglés), unas maniobras que Pekín organizó tras la toma de posesión del presidente taiwanés, el soberanista William Lai.
Del total de aeronaves reportadas este jueves, entre las que se encontraban cazas de combate, helicópteros y drones, 22 cruzaron la línea media del estrecho de Taiwán e ingresaron en la región norte, suroeste y este de la autoproclamada Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa.
Durante los últimos días, China ha permanecido en completo silencio ante lo que Taipéi describe como un formidable despliegue de poderío militar, con múltiples buques de la Armada y de la Guardia Costera china navegando por un área de aproximadamente 1.000 kilómetros, que va desde Shanghái (este) hasta la provincia de Fujian (sureste).
En las dos últimas maniobras militares en torno a Taiwán, Pekín anunció públicamente tanto el inicio como el final de dichos ejercicios, pero en este caso el mutismo ha sido absoluto, limitándose únicamente a decretar siete zonas aéreas «reservadas» frente a las provincias de Zhejiang (este) y Fujian, que dejaron de tener efecto el miércoles a las 20:00 horas (12:00 GMT).
Así, Taipéi ha detectado la presencia de 134 aeronaves, 39 buques militares y 17 «barcos oficiales» durante los últimos tres días, números parecidos a los notificados en anteriores ejercicios bélicos.
Según una fuente de seguridad nacional citada por la agencia estatal de noticias CNA, este despliegue llevaba preparándose desde octubre, lo que sugiere que el objetivo real de Pekín no era solamente hostigar a Taiwán, sino también «mostrar fuerza» ante Estados Unidos y otros países del Indopacífico antes de que Donald Trump asuma el cargo el 20 de enero.
En este sentido, China insistió este miércoles en que la cuestión taiwanesa es la «primera línea roja que no se debe cruzar» en las relaciones entre Pekín y Washington, reiterando que el gigante asiático «defenderá firmemente su soberanía nacional y su integridad territorial» ante las «actividades separatistas» de Taiwán.
La semana pasada, China expresó en reiteradas ocasiones su «firme rechazo» al tránsito del presidente taiwanés por los territorios estadounidenses de Hawái y Guam, unas «escalas técnicas» en las que Lai aprovechó para reunirse y dialogar con numerosos representantes estadounidenses, entre ellos el titular de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, con quien mantuvo una conversación telefónica.
Pekín reclama la soberanía sobre Taiwán, a la que considera una provincia rebelde desde que en 1949 los nacionalistas del Kuomintang se replegaron en la isla tras perder la guerra contra el ejército comunista.
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