El pulso global entre Estados Unidos e Irán tiene un nuevo escenario en Venezuela.
En plena pandemia, el país sudamericano sufre una severa escasez de gasolina que ha venido a agravar su larga crisis económica y el gobierno de Nicolás Maduro ha recurrido a la ayuda de Teherán para conseguirla; según sospecha el Departamento de Estado, «a cambio de toneladas de oro».
El gobierno de Donald Trump aplica desde hace años una política de sanciones que busca forzar la caída de Maduro, a quien acusa de ser un gobernante ilegítimo, y esas sanciones prohíben hacer negocios con Pdvsa, la petrolera estatal venezolana.
Eso es justo lo que intenta ahora Irán, también objeto de sanciones de Estados Unidos, que lo considera uno de los «estados patrocinadores del terrorismo».
La tensión entre Washington y Teherán aumentó esta semana después de que se conociera que varios buques se dirigían a Venezuela tras haber zarpado de Irán cargados de combustible.
Un funcionario estadounidense le dijo a Reuters que Washington estudiaba cómo responder a un envío que desafía abiertamente sus sanciones y este martes el Departamento del Tesoro sancionó a una empresa china auxiliar de la aerolínea iraní Mahan Air, a la que acusa de colaborar con el «terrorismo» y sacar oro de Venezuela.
Buques militares estadounidenses patrullan habitualmente las aguas del Caribe, cercanas a la ruta probable de los cargueros iraníes. La Cuarta Flota de Estados Unidos, con base en Jacksonville, Florida, es la responsable de la operaciones en la región.
Y el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, anunció este miércoles su intención de escoltar los barcos iraníes cuando entren en la zona económica exclusiva del país.
«Serán escoltados por naves, buques y aviones de la Fuerza Armada, para darles la bienvenida y decirle al pueblo iraní ‘gracias por tanta solidaridad y cooperación’», dijo Padrino.
Por su parte, desde Irán, una agencia de noticias vinculada al gobierno informó que el ministro de Exteriores, Mohamed Javad Zarif, le escribió una carta al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, advirtiendo de que cualquier medida estadounidense contra el envío debía ser considerada un acto de «piratería» y tendría repercusiones.
Para Kasra Naji, corresponsal especial del servicio persa de la BBC, «el riesgo de enfrentamiento de Irán con Estados Unidos es grande».
Y del asunto se habló este miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Dmitry Polyansky, embajador adjunto de Rusia, dijo que esperaba que Estados Unidos se diera cuenta del «riesgo de incidentes» al desplegar elementos de su fuerza naval «en un área donde petroleros iraníes trabajan en una actividad legal cerca de Venezuela».
Por qué Maduro pide ayuda de Irán
Ya en la época del fallecido expresidente Hugo Chávez, la Venezuela socialista construyó una buena relación con la República Islámica.
David Smilde, analista del centro de análisis Washington Office of Latin America, le dijo a BBC Mundo que «la cooperación es natural porque ambos se ven como socios estratégicos en un mundo multipolar y los dos son estados forajidos para Estados Unidos».
«Si es cierto que Venezuela está pagando en oro, tiene sentido que Irán arriesgue varios buques y su carga, ya que está desesperadamente necesitada de ingresos debido a las sanciones», indica por su parte el periodista de la BBC Kasra Naji.
Venezuela atraviesa una de las peores crisis económicas de la historia reciente.
Su Producto Interno Bruto ha caído más del 50% desde que Nicolás Maduro llegó al poder en 2013 y millones de venezolanos han abandonado su país. El coronavirus y la caída de los precios del crudo no han hecho sino empeorar las cosas para la nación petrolera.
La mala gestión y la corrupción en la petrolera estatal en los últimos años llevaron al colapso a sus refinerías, lo que hizo desaparecer la producción local de gasolina.
Durante meses, el gobierno venezolano sorteó este problema entregando petróleo crudo a cambio de gasolina a sus clientes, principalmente la compañía de mayoría rusa Rosneft.
Pero la Administración Trump lanzó en febrero y marzo dos rondas de sanciones contra las filiales de Rosneft que comercializaban el crudo venezolano en los mercados internacionales
Hasta que a finales de marzo, Rosneft anunció por sorpresa su salida de Venezuela. Un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos le dijo a BBC Mundo entonces que «se trataba de un intento de proteger sus activos de las sanciones».
Antonio de la Cruz, experto de la consultora Inter American Trends, cree que «entre los accionistas de Rosneft hay socios privados muy importantes que no podían poner en peligro la compañía por hacer negocios con Maduro y a Vladímir Putin no le quedó más remedio que tomar esa decisión».
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