Un consejo dominado por la derecha radical comenzó este miércoles a elaborar una nueva propuesta de Constitución para Chile, tras el fracaso en las urnas de un primer proyecto que buscaba sustituir la Carta Magna que rige desde la dictadura.
De los 51 miembros del Consejo Constitucional, 50 asumieron sus funciones tras la renuncia de Aldo Sanhueza, del Partido Republicano, acusado de abuso sexual.
A Chile «le hará bien cerrar este ciclo», afirmó durante la ceremonia el presidente Gabriel Boric, quien promovió el primer proyecto de Constitución emanado de las violentas protestas sociales que estallaron en octubre de 2019 y que fue rechazado en las urnas por el 61% de los chilenos.
Ese texto proponía cambios radicales al sistema político, legislativo y judicial. Consignaba un Estado plurinacional, una justicia indígena y reservaba escaños a los pueblos originarios en cuerpos de representación popular. Además, establecía el derecho al aborto y a la paridad en toda la función pública.
Pero tras su fracaso en las urnas, las fuerzas políticas acordaron un segundo intento para sustituir la Constitución redactada en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinoceht (1973-1990), cuyos artículos más autoritarios ya han sido eliminados en sucesivas reformas.
En mayo los chilenos eligieron un nuevo órgano constituyente, pero esta vez dominado por una derecha ultraconservadora, entre los que hay nostálgicos de la dictadura, reacia a grandes cambios.
La ciudadanía espera hoy «un proceso de colaboración en donde las distintas partes sean capaces de ceder cuando es necesario y de encontrar los puntos comunes en búsqueda de lo mejor para Chile», sostuvo Boric en su discurso.
Presidenta conservadora
Este mismo miércoles la Comisión de Expertos, un ente designado por el Congreso, entregó el borrador sobre el que los constituyentes trabajarán los siguientes cinco meses. El consejo puede aprobar, modificar o proponer nuevos artículos, con una mayoría de tres quintos (30).
La propuesta debe ser sometida a un plebiscito el 17 de diciembre. De ser rechazada, seguirá vigente la Constitución impuesta por el régimen militar.
Durante la primera sesión se eligió como presidenta del Consejo Constitucional a Beatriz Hevia, del Partido Republicano (extrema derecha), que con 22 cupos domina ampliamente esta instancia, en contraposición al predominio de la izquierda e independientes del fracasado primer proceso.
La elección de Hevia fue posible gracias al amplio triunfo que logró la derecha en las elecciones del pasado 7 de mayo, con un total de 34 de los 51 escaños. La izquierda logró 16 cupos y resultó electo un representante indígena.
Al asumir la presidencia del Consejo, esta abogada de 30 años, hija de un ganadero y con ascendencia alemana, pronunció un discurso en el que alertó sobre la «crisis integral» que sufre el país tras «la descomposición de la vida familiar, el desprecio por la autoridad, las normas y el estado de derecho».
En el anterior proceso, había sido elegida como primera presidenta la lingüista de origen mapuche Elisa Loncon.
La ceremonia de instauración del consejo estuvo marcada por la sobriedad y los formalismos, muy distinto de lo ocurrido en julio de 2021, cuando asumió la anterior convención de 155 miembros.
Entonces hubo coloridas vestimentas indígenas pero también tensión, gritos, intentos de impedir que se cantara el himno nacional y graves disturbios en los alrededores.
Todos los discursos llamaron a la cautela, la búsqueda de acuerdos y el respeto a las diferencias.
«La historia no perdonará a quienes se dejen llevar por pasiones o revanchismos del pasado», dijo el cineasta Miguel Littin, el consejero de mayor edad, con 80 años, quien juramentó a los nuevos consejeros.
AFP
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