La convención que redactará la nueva Constitución de Chile logró este miércoles iniciar su primera sesión, después intentarlo sin éxito el lunes y el martes, jornadas en las que tuvieron que suspender el encuentro por fallas técnicas y falta de protocolos sanitarios.
«El lunes no pudimos juntarnos, pero hemos trabajado arduamente para poder empezar hoy. Damos inicio a la primera sesión formal, con unas bases establecidas», sentenció la presidenta del órgano, la académica indígena Elisa Loncón, en idioma mapudungún y en español.
Los 155 constituyentes pudieron reunirse, por primera vez después de la ceremonia inaugural, este miércoles en el interior del antiguo Congreso Nacional de la capital para dar comienzo a la redacción del nuevo texto, solo después de que se confirmara el cumplimiento de las condiciones de aforo y de los protocolos sanitarios.
El lunes, día para el que estaba programada la primera sesión, los constituyentes tuvieron que abandonar el recinto por fallas técnicas y sanitarias, como la falta de espacio para evitar la propagación del covid-19 o la nula conectividad en las salas.
A contrarreloj, la mesa directiva del órgano desplegó durante la jornada del martes una labor de organizativa y recurrió a la ayuda de gremios profesionales, como el Colegio Médico o instituciones como la Universidad de Chile, que se postularon como red de apoyo para la convención.
El vicepresidente del órgano, Jaime Bassa, se disculpó por «el bochorno» de esas dos jornadas y agregó que en la primera sesión de este miércoles se ultimarán detalles como la decisión sobre la creación de una comisión para la redacción del reglamento, una comisión de ética y otra para el presupuesto y la administración.
«Ahora trabajamos en contra del tiempo y estamos postergando la discusión de los temas importantes», consignó.
El Gobierno, que fue acusado por algunos constituyentes de izquierda de «negligencia» al no haberse encargado de garantizar las condiciones para el funcionamiento del órgano, también se hizo parte el martes en la adopción de medidas para solventar las fallas.
El proceso constituyente en el que está inmerso Chile se generó tras un acuerdo entre los partidos políticos que buscaban dar una salida a la grave ola de protestas que estalló a fines de 2019 y que dejó una treintena de muertos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema.
Contra todo pronóstico, los independientes sin afiliación política fueron los grandes vencedores de los comicios constituyentes del pasado mayo (se llevaron 48 de los 155 escaños del órgano) y ahora la convención tendrá un año para redactar el nuevo texto, que deberá refrendarse en 2022 con otro plebiscito de salida.
EFE
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