Corea del Sur informó el domingo de un récord de 1.097 nuevos casos de coronavirus, incluyendo un brote en una prisión de Seúl que infectó a 188 personas al empeorar la última oleada de contagios de COVID-19 en el país.
Reuters
Con más de 1.000 infecciones diarias por quinto día consecutivo, algunos expertos médicos y políticos criticaron al Gobierno por ser demasiado permisivo con las reglas de distanciamiento social.
El agresivo rastreo y pruebas que Corea del Sur empleó en los primeros momentos de la pandemia había convertido al país en caso de éxito en todo el mundo mientras muchas naciones experimentaban un aumento vertiginoso de las infecciones, lo que provocó confinamientos generalizados.
No obstante, la reciente ola de contagios -procedente en su mayor parte de focos que se han ido extendiendo y no de grandes brotes aislados como en las olas anteriores- ha confundido los esfuerzos por contenerla y el país se está quedando sin camas de hospital.
El total diario superó el récord del miércoles pasado de 1.076 contagios, según datos de la Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Corea del Sur (KDCA). Los nuevos casos elevaron el total de infecciones por coronavirus a 49.665, con 674 muertes por COVID-19 hasta la medianoche del sábado.
La prisión en el sudeste de Seúl reportó 188 reclusos y personal infectado, según la KDCA, con lo que el número total de infecciones en estas instalaciones se situó en 215.
El expresidente del país, Lee Myung-bak, que está en el prisión después de haber sido condenado por corrupción, dio negativo en la prueba del virus, dijo un funcionario del Ministerio de Justicia.
También hay brotes más pequeños en residencias, hospitales, iglesias, una estación de esquí y un campo de golf.
“Es una situación peligrosa”, dijo el ministro de Salud Park Neung-hoo en una reunión informativa, añadiendo que los esfuerzos en ampliar los tests en personas asintomáticas deberían frenar la propagación del virus.
El Gobierno, por su parte, ha sido reacio a endurecer las restricciones de distanciamiento social al nivel más alto, temiéndose que los negocios se detengan y perjudiquen la economía.
Es probable que el organismo de control de medicamentos de Corea del Sur apruebe el uso de emergencia de la vacuna COVID-19 de AstraZeneca a principios del año que viene, con las vacunaciones previstas para empezar en febrero o marzo, dijo el primer ministro Chung Sye-kyun.
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