Un crucero «a ninguna parte» que zarpó de Hong Kong fue obligado el miércoles a volver al puerto para hacer pruebas a sus 3.700 pasajeros después de que nueve fueran detectados como contactos de un foco de la variante ómicron del coronavirus.
La ciudad, que como China impone restrictivas cuarentenas a los viajeros para evitar la entrada del virus, se enfrenta a un pequeño brote comunitario vinculado a un trabajador de una aerolínea, que tenían reglas de aislamiento más flexibles.
Estas infecciones locales han provocado un alud de pruebas masivas y rastreo de los posibles contactos de las personas contagiadas.
Según las autoridades sanitarias, nueve de estos contactos se encontraban en el buque «Spectrum of the Seas» que zarpó el domingo para un crucero por aguas internacionales, una práctica iniciada en Hong Kong durante la pandemia para permitir a sus residentes viajar sin efectuar cuarentenas al volver.
Las autoridades ordenaron al crucero volver a puerto un día antes para practicar pruebas de coronavirus a los 2.500 pasajeros y 1.200 tripulantes, que deberán dar negativo para poder desembarcar.
Un reportero de AFP en la terminal de cruceros vio a los huéspedes relajándose o ejercitándose en los pequeños balcones de sus camarotes mientras esperaban el permiso para irse.
El microbiólogo Yuen Kwok-yung, uno de los expertos del covid-19 en Hong Kong, advirtió que podría haber transmisión invisible en la ciudad y que «una quinta ola era muy probable».
Hasta ahora, las estrictas regulaciones de esta ciudad de 7,5 millones de habitantes han permitido un balance de apenas 12.000 casos y 213 decesos desde el inicio de la pandemia.
Pero estas cuarentenas, de 21 días en hotel en la mayoría de los casos, también han aislado esta urbe y han lastimado su reputación de ciudad global y centro de negocios internacional. AFP
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