Este 15 de septiembre, los cinco países de Centroamérica ––Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica–– celebran el bicentenario de la firma del Acta de Independencia en medio de enormes crisis y retos en la mayoría de estas naciones.
Por Houston Castillo Vado – VOA
Debilitamiento de la democracia, corrupción y polarización política ganan terreno en la región, según analistas políticos consultados.
El caso de Nicaragua es particularmente grave, sostienen expertos y activistas de derechos humanos. Estados Unidos ha reconocido la gravedad. El secretario de Estado, Antony Blinken, ha afirmado que se vislumbra un panorama «oscuro», citando el retorno de Daniel Ortega al poder en 2007 y las protestas iniciadas en 2018 que dejaron al menos 300 muertos.
En un comunicado de prensa, el jefe de la diplomacia estadounidense expresó su solidaridad con Nicaragua en sus 200 años de independencia.
«Debería ser un momento para celebrar la autogobernanza», pero «desafortunadamente» el país «se encamina hacia una nueva era de oscuridad».
Blinken afirmó que el presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo «han socavado sistemáticamente las bases de las instituciones democráticas de Nicaragua. Han corrompido al sistema judicial. Han atacado a la prensa libre y acabado con los partidos opositores que competirían contra ellos en las próximas elecciones».
A su vez saludó a los nicaragüenses «de todos los sectores que han arriesgado sus vidas y comodidades para presionar para que el país se guíe por los principios democráticos».
«Estados Unidos conmemoran el bicentenario de Nicaragua apoyando a todos los nicaragüenses que luchan por recobrar sus libertades democráticas», afirmó Blinken.
Católicos abogan por pluralidad y respeto de los DDHH
La Iglesia católica, también crítica de Ortega, emitió un comunicado donde expuso que la “crisis política y social no debe continuar igual” y expresó que esperaban “una patria donde se respeten los derechos humanos, la libertad de pensar y opinar diferente, sin leyes que repriman las iniciativas independientes y se respete el pluralismo político”.
Cuestionó además el panorama electoral en donde Ortega y Murillo han anulado a la oposición, apresándola y cancelando las personerías jurídicas a los partidos que quedaban en la contienda.
“Soñamos con una patria donde no exista temor a elecciones libres, transparentes y competitivas, ni existan presos políticos, ni medios de comunicación clausurados o impedidos de informar”, indicó el texto.
«Exigimos que nos dejen en paz»
El gobierno de Ortega, por su parte, ha mantenido su retórica de nacionalismo y apelado al “respeto a asuntos internos” de Nicaragua.
«Aquí estamos, exigimos respeto, exigimos no intromisión en nuestros asuntos propios, exigimos que nos dejen en paz, porque Nicaragua, este pueblo enorme vence siempre”, dijo Murillo en un discurso el martes.
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