Aun recluido en su mansión de Mar-a-Lago, Donald Trump se hizo oír ayer claramente en Washington. Momentos después de que acabara la primera jornada del juicio político en el Senado, el expresidente hizo saber, por medio de filtraciones a los principales medios de Estados Unidos, que estaba profundamente descontento con su defensa, en especial con uno de los abogados, Bruce Castor, que apareció ante sus señorías —y ante las cámaras— con un traje a rayas enorme y dio un extraño discurso larguísimo y a veces ininteligible y que acabó con unas palabras lapidarias: «El presidente Trump ya no está en ejercicio del cargo. Lo que la Constitución prevé se ha cumplido. ¡Le echaron los votantes!».
La ira de Mar-a-Lago cayó inmediatamente sobre Washington. Trump ya no tiene redes sociales, porque le han expulsado de ellas las principales plataformas, Facebook, Google y Twitter. Así que «gente de su entorno» hizo declaraciones anónimas a medios como The Washington Post o CNN. El titular en la web de esta cadena anoche era: « Trump está descontento con los alegatos de su abogado». Y en el texto se decía claramente que Trump estaba de un humor de perros: «Trump casi estaba gritando al ver que Castor se perdía al desgranar el argumento de la defensa, que se supone que es sobre la constitucionalidad de celebrar un juicio político a un presidente que ya no ejerce el cargo».
Trump es un político obsesionado con la imagen, que en la presidencia ejercía un férreo control sobre quién de su equipo aparecía en televisión y con qué atuendo. Y, además, este juicio político es ya más una cuestión de estética que otra cosa. En la primera votación de trámite, hecha ayer, 44 senadores republicanos votaron para abortar el «impeachment», al considerarlo inconstitucional. Si en el veredicto final son esos los republicanos que le apoyan, 44 de los 50 con escaño, el presidente está ya exonerado de entrada. La prioridad de Trump era entonces que nadie en su equipo admitiera su derrota, porque él no lo ha hecho todavía, empeñado como está en que hubo fraude en las elecciones de noviembre. Pero el abogado Castor admitió la derrota en cuanto tuvo la primera oportunidad.
El juicio político en el Senado sigue este miércoles en su segunda jornada, cuando presenta sus alegatos la parte de la acusación, que ejercen nueve diputado demócratas. Después le llegará el turno a la defensa. Cada parte tendrá 16 horas para sus alegatos. De momento, no hay planes de llamar a testigos. En menos de una semana, probablemente el lunes, sus señorías voten. Con toda probabilidad, el resultado será una exoneración de Trump, que así no será inhabilitado y en teoría puede volver a presentarse en 2024. Está por ver cómo reaccionará el presidente a su exoneración y si romperá finalmente su silencio con una comparecencia ante los medios.
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