Estados Unidos aseguró este domingo que el buque británico y de bandera de Belice “Rubymar”, que terminó hundiéndose en el mar Rojo tras ser atacado por los rebeldes hutíes de Yemen hace dos semanas, transportaba 21.000 toneladas métricas del fertilizante químico sulfato de amonio.
El Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) dijo en un comunicado que el fertilizante hundido, altamente tóxico, supone “un riesgo medioambiental en el mar Rojo. Al hundirse, el buque también supone un riesgo de impacto para otros buques que transiten por las concurridas rutas marítimas de la vía navegable”.
Estados Unidos, que capitanea la coalición naval en el mar Rojo para salvaguardar el comercio internacional en esta vía marítima, acusó a los hutíes respaldados por el régimen de Irán de ser una amenaza “cada vez mayor para las actividades marítimas mundiales”.
“Los hutíes representan una mayor amenaza para las actividades marítimas globales. Estados Unidos y los socios de la coalición siguen comprometidos con salvaguardar la libertad de navegación, esforzándose por mejorar la seguridad de las aguas internacionales para el transporte marítimo mercante”, indicó el centro de operación estadounidense.
Este sábado, el Gobierno de Yemen, que se enfrenta a los hutíes, indicó que este hundimiento representa “una catástrofe medioambiental sin precedentes”.
El navío se hundió por completo debido a las condiciones meteorológicas en el mar y los fuertes vientos, según el Gobierno yemení, que atribuyó el desastre a la falta de respuesta de la comunidad internacional para ayudar al Ejecutivo a reflotar el barco y vaciar su carga.
Los rebeldes hutíes han atacado a unos cincuenta buques desde el pasado noviembre, causando daños de distinta gravedad, pero el “Rubymar” es la primera embarcación en hundirse como consecuencia de una operación de los insurgentes.
Según las autoridades yemeníes, la dirección del barco era de nacionalidad siria y su tripulación estaba formada por 24 personas, once sirios, seis egipcios, tres indios y cuatro filipinos, que fueron evacuados a Yibuti.
Las aguas yemeníes del mar Rojo estuvieron a punto de sufrir otra catástrofe medioambiental a raíz de la descomposición del buque FSO Safer, varado frente a la costa del Yemen desde 1988 y cuyas operaciones de transferencia de los más de 1,14 millones de barriles de petróleo que contenía finalizaron con éxito a mediados de agosto de 2023.
Los hutíes, respaldados por Irán y que controlan la capital yemení, Saná, y otras zonas del norte y el oeste del país desde 2015, han lanzado varios ataques contra territorio de Israel y contra buques con algún tipo de conexión con Jerusalén a raíz de la ofensiva militar israelí contra la Franja de Gaza, lanzada tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el grupo terrorista Hamas.
Asimismo, han amenazado con atacar los buques estadounidenses y británicos que se encuentran en la zona en respuesta a los bombardeos de las últimas semanas contra Yemen, que, según Washington y Londres, buscan impedir las operaciones de los rebeldes y garantizar la libertad de navegación en la región.
(Con información de EFE y Europa Press)
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