El Ejército de Liberación Nacional (ELN) la última guerrilla de izquierda comunista que aún opera en Colombia, está adelantando un ambicioso plan expansionista que amenaza a cinco departamentos y pretende conectar la costa Pacífica del departamento del Chocó, al extremo occidental de país, con la frontera oriental de la vecina Venezuela, creando así un corredor de operaciones que potencia su accionar bélico e insurgente que partiría al país por la mitad.
Así lo destacan los reportes de la Defensoría del Pueblo en su sistema de Alertas Tempranas que desde el año pasado ha emitido 25 alertas en 36 municipios de los departamentos de Chocó, Antioquia, Arauca, Bolívar y Norte de Santander, donde destaca el fortalecimiento de la guerrilla, cuyo plan expansivo ha generado nuevas dinámicas de violencia en los territorios, en los que no son los únicos actores armados ilegales que pretenden hacerse con control del territorio y de las rentas ilegales.
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El plan estaría liderado por el Frente de Guerra Occidental, que comanda alias Uriel, y ha logrado moverse desde el Chocó, en la costa Pacífica, hasta Antioquia, mucho más al centro del país. La llegada de los hombres al mando de Uriel a esta zona ha puesto en situación de vulnerabilidad a por lo menos 53 mil personas que habitan en los municipios de Frontino y Urrao, zonas rurales de Antioquia.
De acuerdo a la Alerta Temprana N 027-19 que conoció Infobae, el ELN «ingresa a estos territorios a través de las cuencas hidrográficas de los ríos Arquía y Murrí, ubicadas en el municipio de Vigía del Fuerte (Antioquia), y el municipio del Carmen de Atrato (Chocó), aprovechando la compleja y vasta red de rutas fluviales y corredores de movilidad establecidos entre los departamentos de Antioquia y Chocó».
Señala la Defensoría que en los municipios cercanos tanto del lado de Chocó como de Antioquia se verían afectados los derechos humanos de la población civil, que revisten de especial condición de vulnerabilidad por ser campesinos y población negra.
El control de estos territorios es fundamental para la salida y entrada de la droga en Colombia. El Chocó, por ejemplo, ofrece una salida hacia el océano pacífico y uno de los principales puertos del país, Buenaventura. Venezuela, por otro lado, ofrece refugio a los guerrilleros gracias a la permisividad de las fuerzas del régimen chavista con la actividad insurgente.
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De acuerdo con el portal Verdad Abierta, que hace seguimiento y monitoreo al conflicto armado colombiano, en los territorios que comprenderían dicho corredor se ha producido «un complejo proceso de reconfiguración del control armado de las zonas de cultivo, producción y comercialización de estupefacientes, en el que actualmente se han involucrado: capitales ilegales internacionales, nuevos grupos armados ilegales, así como nuevas rutas para el tráfico y salida de la droga hacia el Pacífico«.
Aún así la avanzada de los hombres de alias Uriel parece mantenerse estable, pese a la compleja situación de orden público de la zona que no solo cuenta con presencia del Ejército Nacional con sus bloques antiguerrilla, sino de otros actores armados ilegales como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o Clan del Golfo -la banda criminal más grande de Colombia- disidencias de las FARC y la presencia de Los Caparrapos.
Sin embargo, como señalan las alertas de la Defensoría del Pueblo, el Frente de Guerra Occidental ya ha logrado conectarse con el Frente de Guerra Darío Ramírez, el cual consolidó un importante territorio cerca de la frontera con Venezuela y estableció un corredor crucial para la comunicación entre los hombres de Uriel y el Frente de Guerra Noroccidental, que controla gran parte de la frontera venezolana.
Pero la presencia de los elenos también estaría incursionando en las zonas urbanas, algo que no se registra en la última Alerta Temprana de la defensoría y que quedó en evidencia el jueves pasado con la captura en Medellín -capital de Antioquia- de Luis Fernando Restrepo Bedoya, alias «Mono Clinton», jefe del Frente de Guerra Urbano del ELN y miembro del Estado Mayor de esta guerrilla.
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El «Mono Clinton» representa para las autoridades la baja más sensible que sufre el ELN durante el Gobierno de Iván Duque, el cual decidió suspender de manera indefinida las conversaciones de paz que se adelantaban con esta guerrilla en La Habana desde que Juan Manuel Santos estaba en el poder.
Pero la estructura de poder de la guerrilla del ELN al ser bastante desconcentrada, les permite mantener sus planes expansivos a pesar de perder un hombre tan importante. Explica el docente de la Universidad del Norte, Luis Fernando Trejos, que la comandancia general del ELN se concentra en el COCE (Comando Central) pero que cada frente de guerra tiene comandantes con distintos niveles de autonomía lo que hace que mantengan sus operaciones y planes pese a sufrir alguna baja sensible en el nivel nacional.
«La captura de alias Mono Clinton en Medellín no afecta en nada las dinámicas económicas y de control territorial de esta organización armada en Venezuela ya que el capturado es presentado como coordinador del Frente de Guerra Urbano y las estructuras armadas que operan en la frontera y hacen presencia en Venezuela están adscritas a los Frentes de Guerra Nororiental y el Frente de Guerra Oriental», sostiene el experto en conflicto.
Para Trejos lo que hacen los elenos no es propiamente una expansión, sino una «recuperación de territorio» que tendría como novedad que ahora «siguen una especie de ruta de la coca y la minería ilegal, empezando en Urabá -en Chocó- pasando al Bajo Cauca siguiendo al Sur de Bolívar y terminando en el Catatumbo – frontera con Venezuela».
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Destaca que «en todas estas subregiones se siembra coca y se procesa clorhidrato de cocaína» y que, si bien la presencia del ELN en los estados fronterizos venezolanos no es nueva, «la crisis actual del vecino país a posibilitado su crecimiento».
Esa «ruta de la coca» sería el corredor del que alerta la Defensoría y que se completaría gracias al fortalecimiento de las estructuras lideradas por alias «Pirry»- comandante del Frente de Guerra Darío Ramírez- y alias Ricardo o José Luis -comandante del Frente de Guerra Noroccidental-, que han logrado consolidar un paso de 50 kilómetros entre ellos que reviste de gran importancia militar, ya que les permite el movimiento de tropas de refuerzo, provisiones y armamento. Dicho paso es el que ahora pretenden ampliar para conectar también la región oriental del país.
Si bien las autoridades colombianas habían informado para finales de 2018 que «Pirry» y el frente que comanda estaban «prácticamente eliminados» lo expuesto por las alertas de la Defensoría demuestran que no solo existe una operatividad sino un fortalecimiento por parte de esta estructura guerrillera.
Esta apuesta expansiva del ELN responde a la incapacidad del Ejército de consolidar presencia y control sobre los territorios abandonados por las FARC tras firmar en el Acuerdo Final de Paz su desmovilización. Dejando estos territorios y sus habitantes a la merced de las luchas entre el resto de actores armados que subsisten en Colombia.
Sin las FARC activas, el ELN pasó a ser la principal guerrilla en el país y cada vez se convierten en una amenaza mayor para la Fuerza Pública. De lograr tomar control del corredor que pretenden crear, tendría una posición estratégica al dividir el país por la mitad, permitiéndoles así resistir mejor ante ataques, mover refuerzos y facilitar sus negocios ilícitos con el tráfico de cocaína.
Con información de Infobae