El nuevo gobierno de Estados Unidos realizará una «revisión profunda» a los contratos firmados con Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos que contemplan la venta de un gran lote de armas de guerra, incluyendo cazas F-35.
Un funcionario del Departamento de Estado consultado por la agencia de noticias AFP aseguró que Washington “suspende temporalmente la implementación de determinadas transferencias y ventas corrientes de equipo de defensa estadounidense” con el cometido de “permitir que los nuevos gobernantes las reexaminen”, en referencia a las autoridades del gobierno del demócrata Joe Biden, quien asumió el pasado 20 de enero.
El funcionario explicó que la suspensión intenta asegurar que “las ventas de armas de Estados Unidos cumplan los objetivos estratégicos de construir socios en seguridad más fuertes y capaces”.
Alegó que se trata de “una medida administrativa de rutina típica de la mayoría de las transiciones, y demuestra el compromiso de la Administración con la transparencia y el buen gobierno”.
La medida es espectacular, sin embargo, porque se trata en particular de municiones de precisión prometidas a Arabia Saudita, y cazas de combate F-35 vendidos a los Emiratos Árabes Unidos a cambio del reconocimiento por parte de este país del Golfo del Estado de Israel, bajo la administración de Donald Trump.
Arabia Saudita, un aliado muy cercano de Estados Unidos, especialmente bajo la administración Trump, lidera una coalición militar en apoyo al gobierno de Yemen en el conflicto entre este y los rebeldes hutíes, apoyados por Irán. Los Emiratos también forman parte de ella.
Sin embargo, los demócratas y algunos republicanos han denunciado durante mucho tiempo el apoyo estadounidense a esta coalición, acusada de numerosos incidentes y errores cometidos contra la población civil.
Los demócratas fracasaron por poco en bloquear en el Senado la venta de cazas furtivos F-35 a Abu Dhabi en diciembre. Los senadores argumentaron que la venta del equipo de Defensa se había desarrollado con demasiada rapidez y con demasiados interrogantes. La Administración Trump lo ha presentado como una forma de disuadir a Irán en Medio Oriente.
El nuevo secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se comprometió la semana pasada a “poner fin” al apoyo estadounidense “a la campaña militar encabezada por Arabia Saudita en Yemen”.
EFE
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