Cuando faltan poco más de tres meses para que se cumplan siete años de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, las autoridades mexicanas identificaron los restos de uno de ellos, apenas el tercero, un indicativo de que la investigación avanza, aunque lentamente.
Juan Manuel Ramírez G. / EFE
De entre los 16 restos analizados por la Universidad de Innsbruck (Austria), se dio a conocer este martes que una vértebra lumbar corresponde al joven Jhosivani Guerrero, uno de los desaparecidos en la trágica noche del 26 de septiembre de 2014.
Estos huesos fueron hallados en la denominada barranca de la Carnicería, ubicada a un kilómetro del basurero de Cocula donde la antigua versión oficial -la «verdad histórica»- del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) decía que habían sido quemados los jóvenes.
El anuncio ocurrió luego de una reunión de los padres de los desaparecidos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el Palacio Nacional.
A CUENTAGOTAS
Con el anuncio de este martes son ya dos estudiantes identificados plenamente por el Gobierno de López Obrador, que al llegar al poder en 2018 reinició la investigación de lo sucedido y derribó la llamada «verdad histórica».
El año pasado se obtuvo la identificación del estudiante Christian Alfonso Rodríguez en restos hallados en esta misma barranca del sureño estado de Guerrero.
Y además de Christian y Jhosivani, en 2014 fue identificado en otro punto de la zona Alexander Mora, pero todavía quedan 40 estudiantes en paradero desconocido.
«El Estado mexicano avanza a cuentagotas identificando los cuerpos. Ojalá que estos hallazgos puedan darnos luz sobre los otros 40 estudiantes que todavía no sabemos en dónde están», dijo en entrevista con Efe la directora ejecutiva de Amnistía Internacional México, Edith Olivares Ferreto.
Olivares Ferreto celebró que esta nueva identificación «es un pasito más para dar justicia y reparación a las familiares de las víctimas y a las propias víctimas», en un país con más de 88.000 personas sin localizar.
Tras el anuncio, la Fiscalía General de la República (FGR) de México informó que los restos analizados del estudiante tienen una certeza genética del 99,99 % y no presentan signos de haber sido quemados, tal y como afirmaba la versión oficial del Gobierno anterior, que apuntaba que los jóvenes habían sido incinerados en un vertedero.
El titular de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa de la FGR, Omar Gómez, anunció que en los próximos días visitará de nuevo la Universidad de Innsbruck para entregar nuevos restos óseos para su análisis y recoger los remanentes.
En este sentido, enfatizó que la investigación de los hechos continúa abierta y reivindicó la lucha de las familias en busca de la verdad.
EVIDENCIA LA «VERDAD HISTÓRICA»
El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro ProDH) dijo que la identificación de los restos del estudiante Jhosivani evidenció nuevamente cómo se mintió a las familias y a México con la llamada «verdad histórica».
Recordó que en 2015 la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) «dolosamente pretendieron dar por identificado al mismo joven (Jhosivani Guerrero), sin que los valores de los resultados genéticos fueran suficientes».
«La identificación vuelve a evidenciar cómo se mintió a las familias y a México en el pasado», subrayó el Centro ProDH.
ANTECEDENTES
Según la polémica versión del Gobierno de Peña Nieto, los 43 estudiantes de la escuela para maestros rurales de Ayotzinapa fueron detenidos el 26 de septiembre de 2014 por policías corruptos en Iguala (Guerrero) y entregados al cártel Guerreros Unidos, que los asesinó e incineró en el basurero de Cocula y tiró los restos en un río San Juan.
Este relato, la «verdad histórica», fue cuestionado por los familiares y por una investigación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que señaló que los cuerpos no pudieron ser quemados en ese lugar.
El Gobierno de López Obrador, que en septiembre de 2020 pidió disculpas a las familias en nombre del Estado, derrumbó esta versión al identificar en julio del año pasado restos de Christian Alfonso Rodríguez en la barranca de la Carnicería, lejos del basurero. Una línea de investigación reforzada este martes.
Además de la búsqueda de los estudiantes, el actual Gobierno ha emitido órdenes de arresto contra militares presuntamente implicados y persigue a los responsables de la investigación de la anterior Administración, que estuvo liderada por Tomás Zerón, actualmente prófugo en Israel.
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