Son al menos 150 los bolivianos, entre ellos mujeres embarazadas y niños, atrapados a las puertas de su país sin poder ingresar a él.
Por BBC
La pandemia del coronavirus llevó a Bolivia a decretar el cierre de fronteras. Pero el gobierno de Jeanine Áñez lo hizo de la manera más drástica y dejando a este grupo varado hace más de una semana en una locación fronteriza en Chile.
El drama de estas personas, entre las cuales hay quienes duermen en carpas ante la ausencia de alojamiento y recursos, desató cuestionamientos a la decisión gubernamental de clausura total de acceso al territorio (decretado el 25 de marzo pasado) sin importar que los que pretendían ingresar fueran ciudadanos bolivianos tratando de regresar.
La polémica desatada fue de tal calibre que el gobierno anunció este jueves acciones extraordinarias para su repatriación.
La Cancillería boliviana dijo que llegó a un acuerdo con la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) para que niños y mujeres varados en el lado chileno de la frontera puedan ser trasladados a un alojamiento.
Además de la construcción de un albergue temporal en territorio de Bolivia para que el grupo pueda ser repatriado y pase allí un periodo de cuarentena.
Por ello, el periplo de los 150 está lejos de terminar dado que deberán permanecer al menos cinco o seis días más en carpas en Chile y luego deberán pasar semanas en aislamiento obligatorio.
Todo cuando este jueves las autoridades del país habían reportado 123 casos y ocho muertes por el nuevo coronavirus.
Los 150
Aunque medios de comunicación estatales bolivianos señalaron son al menos 150 los ciudadanos de ese país varados en la población fronteriza de Huara, en el norte de Chile, otros reportes de prensa sostienen que el número de varados llega hasta 300.
Buena parte del grupo llegó hasta esa locación, a menos de dos kilómetros de Bolivia, tras una larga caminata desde las diferentes ciudades chilenas donde residían o se encontraban de manera temporal.
Imágenes de carpas con hombres, mujeres y niños fueron divulgadas también.
Cuestionamientos
Las críticas ante el cierre del paso a bolivianos surgieron dentro y fuera del país.
Desde Santiago, el ministro del interior chileno, Gonzalo Blumel, pidió a las autoridades de La Paz una «perspectiva humanitaria» ante el drama de los varados en Huara.
«Esperamos que eventualmente todos los países puedan tener la misma actitud. Tomas las acciones necesarias por consideraciones humanitarias, especialmente en lo que significa el retorno de personas que están en condiciones de retornar», dijo la autoridad citada en radio Cooperativa de Chile.
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