El Gobierno boliviano respondió la solicitud de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el estado de salud de la expresidenta transitoria Jeanine Áñez, quien se encuentra en una prisión de forma preventiva, y solicitó que se declare «inadmisible» la petición de medidas cautelares.
El procurador general del Estado, Wilfredo Chávez, informó este viernes en conferencia de prensa que anoche se dio respuesta a la petición de la CIDH sobre la solicitud de medidas cautelares presentada a esa instancia por la defensa de la exmandataria transitoria.
Chávez indicó que como Estado encontraron «que no existen elementos» que fundamenten la solicitud requerida por la defensa de Áñez y que encuentran que es «inadmisible».
«Esperemos como Estado que sea desestimada esa medida requerida ya que efectivamente no consideramos que exista ninguna de las causales», expresó Chávez.
La defensa de Áñez solicitó a la CIDH que se le otorgue medidas cautelares a la exmandataria transitoria tomando en cuenta su estado de salud ya que sufre de hipertensión arterial, depresión y en una ocasión se provocó lesiones en un brazo dentro de la cárcel.
El procurador enfatizó en que el Gobierno boliviano se «adecua a los estándares internacionales» sobre las medidas jurisdiccionales y que eso se está demostrando en la respuesta escrita.
Chávez detalló que en la respuesta se han tomado en cuenta los exámenes médicos de Áñez y la junta médica que se realizó el pasado 7 de septiembre en el que participó el «médico de confianza» de la expresidenta transitoria, en el que «no se encuentra en el estado en el que se alega en la solicitud de medida cautelar».
Además recalcó que se envió el informe «dentro del plazo previsto» por la CIDH.
ANTECEDENTES
Áñez, quien está detenida preventivamente en una cárcel en La Paz, envió una carta al secretario de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en la que le pide que visite Bolivia para ver lo que está pasando con la Justicia y los «presos políticos».
Además, le pide que llegue al país para poner un freno a los «proxenetas» del poder haciendo referencia al presidente de Bolivia, Luis Arce, y el expresidente Evo Morales.
Carolina Ribera, hija de Áñez, viajó esta semana a Estados Unidos para entablar reuniones con la CIDH y también dialogó con José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HWR) para exponer la situación de su madre.
Áñez cumple el lunes seis meses de detención preventiva en el marco del caso conocido como «golpe de Estado» en el que está acusada por los supuestos delitos de sedición y terrorismo durante la crisis social y política de 2019.
En este tiempo en la cárcel, Áñez ha tenido varios problemas de salud por su hipertensión arterial y su defensa ha pedido que pueda ser atendida en un hospital, mientras que el Gobierno boliviano ha aseverado que ella se encuetra «estable».
Áñez también fue valorada por un psiquiatra luego de provocarse lesiones en un brazo y aseverar que ya no quiere vivir.
El Gobierno recalcó que se le brinda el acceso a la salud a la exmandataria y que incluso tendría un trato con mayor privilegio a las otras reclusas.
En el Parlamento boliviano radican cuatro proposiciones acusatorias en contra de Áñez por acciones que tomó en su Gobierno, entre ellas la muerte de una veintena de civiles en Sacaba y Senkata en disturbios con el Ejército y la Policía.
EFE
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