Con los contagios en aumento y retrasos en el plan de vacunación europeo ante las dudas por los coágulos sanguíneos, el gobierno español enfrenta una fuerte presión para extender el estado de alarma más allá del 9 de mayo para combatir la pandemia.
AFP
Ese día decaerá este régimen d emergencia, vigente desde octubre, que permite al gobierno central y a las regiones restringir derechos fundamentales como la movilidad, con medidas como toques de queda y cierres perimetrales.
El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, ha dicho que no pretende prorrogarlo, alegando que las regiones tienen “herramientas suficientes” para enfrentar al covid-19, en momentos en que avanza la vacunación de la población.
“La alternativa al estado de alarma es, en primer lugar, un plan de vacunación que se ha intensificado”, dijo Sánchez ante el Congreso de los Diputados el miércoles.
“Las circunstancias son distintas”, remarcó, al recordar que España se encontraba en una “grave situación” cuando impuso el régimen extraordinario, con 362 casos por 100.000 habitantes en los anteriores catorce días.
Ahora, aun cuando los contagios han ido en aumento paulatinamente, la tasa se encuentra alrededor de los 200 casos, señaló Sánchez.
“Temeridad”
Pero muchas regiones, competentes en España en materia de salud pública, temen que sin el estado de alarma el país se vea inmerso en un limbo legal que torpedee las restricciones para frenar el avance del covid-19.
El presidente regional del País Vasco, Íñigo Urkullu, advirtió que sin el marco legal del estado de alarma las regiones no podrán tomar medidas para restringir la movilidad de las personas.
Regiones que suelen recibir turismo nacional temen perder la capacidad de impedir la entrada a personas de otras zonas del país, donde la tasa de contagios podría además ser superior.
Aitor Esteban, el portavoz en el Parlamento del Partido Nacionalista Vasco de Urkullu, aliado clave del gobierno minoritario de Sánchez, acusó al líder socialista de “temeridad”.
La formación independentista vasca EH Bildu acusó a Sánchez de negarse a extender el estado de alarma “para ganar unos votos” en las elecciones regionales de Madrid del 4 de mayo. “Es insultante”, expresó su portavoz parlamentaria Mertxe Aizpurua.
En marzo, cuando estalló la pandemia, el gobierno declaró un primer estado de alarma inicialmente por dos semanas, aunque se prorrogó repetidas veces hasta junio, cuando las 17 regiones recuperaron sus competencias en sanidad.
Cada prórroga debe ser aprobada por mayoría en el Congreso, lo que supuso un viacrucis para Sánchez, cuya coalición de izquierdas es minoritaria en la cámara.
Al mismo tiempo, sin esta medida en vigor, puede repetirse lo ocurrido tras el levantamiento del primer estado de alarma, cuando algunas restricciones aprobadas por las regiones fueron tumbadas en los tribunales.
La vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, aseveró el jueves que las cortes respaldaron las medidas contra el virus en un “99%” del tiempo. “Salvo el confinamiento en nuestras casas, casi todo lo demás es posible con la legislación sanitaria vigente”, dijo Calvo.
Retrasos en la vacunación
La preocupación aumenta por el retraso en el plan de vacunación en España, como en otros países europeos, debido al temor de que las vacunas de Janssen y AstraZeneca puedan causar coágulos sanguíneos en ciertas personas.
De todas maneras, el gobierno insiste en que cumplirá con su objetivo de haber vacunado al 70% de los 47 millones de españoles para agosto.
Hasta ahora, 3,2 millones de personas en España (cerca del 7% de la población) han recibido la pauta completa de la vacuna, en su mayoría residentes y trabajadores de geriátricos, personal sanitario y personas mayores.
Como gran parte de las personas de mayor riesgo ante el covid ya está vacunada, Guillem López-Casanovas, experto en sistemas de salud de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, ve con buenos ojos “levantar el estado de alarma si la cosa no empeora muchísimo por alguna otra cepa”, dijo a la AFP.
Pero Salvador Macip, investigador en las Universidades de Leicester y Abierta de Cataluña, alega que todavía es pronto porque “la vacunación no ha llegado a un punto en el que podamos sentirnos tranquilos”.
“Creo que es un poco peligroso, no creo que se justifique desde un punto de vista epidemiológico”, añadió a la AFP.
Hasta ahora, casi 77.000 personas fallecieron en el país por covid-19.
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