La apuesta de El Salvador en bitcoin ya le ha costado al Gobierno lo suficiente como para cubrir su próximo pago de intereses a los tenedores de bonos, lo que evidencia los grandes riesgos que plantea su experimento con la criptomoneda.
La retirada que ha llevado al bitcoin a caer un 40% desde finales de marzo ha profundizado las pérdidas acumuladas de las tenencias del Gobierno del presidente Nayib Bukele a cerca de USD 40 millones, según una estimación de Bloomberg. Eso es un poco más que el pago del próximo cupón de su deuda externa, de USD 38,25 millones con vencimiento el 15 de junio en notas con vencimiento en 2035.
El Gobierno de Bukele ha gastado alrededor de USD 105 millones en la compra de bitcoins desde que se transformó en el primer país del mundo en convertir el token en moneda de curso legal en septiembre, según sus anuncios en Twitter. Desde la primera compra, la criptomoneda cayó 45%, reduciendo el valor de los 2.301 bitcoins del país a unos USD 66 millones.
Días atrás, Moody’s Investors Service había rebajado la calificación crediticia del país dos escalones y advirtió que los tenedores de sus bonos se arriesgan a sufrir grandes pérdidas. El Salvador es el primer país del mundo en hacer del bitcoin una moneda de curso legal y su presidente planea emitir un bono de USD 1.000 millones respaldado por bitcoin, pero el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, tuvo que reconocer días atrás que la caída del precio de la criptomoneda ya afecta la demanda de los inversionistas.
El derrumbe de los últimos días de las criptomonedas, con bitcoin que llegó a cotizar hoy por debajo de los USD 26.300 (y que pasadas las 18 de Argentina rondaba los USD 28.300) es otro golpe para Bukele, un devoto creyente de las criptomonedas que lleva más de cinco meses intentando vender un bono respaldado por bitcoin. Sin embargo, los inversionistas no han mostrado entusiasmo en los bonos de El Salvador, preocupados no solo por la capacidad del gobierno para mantenerse al día con su deuda, sino también por su voluntad de hacerlo.
El Salvador no publica datos sobre sus tenencias de bitcoin.
El país también estaba en conversaciones con el FMI, pero las negociaciones se estancaron después de que Bukele adoptara la criptomoneda como moneda de curso legal
Los precios de la deuda externa del país cayeron alrededor de un 18% este año, lo que dejó a bonos con vencimiento a 10 y 30 años cotizándose a alrededor de 40 centavos por dólar, en territorio en dificultades. El próximo pago de capital es en enero por USD 800 millones. El descuento del 22% en el precio al que se negocian las notas sugiere cierta vacilación por parte de los inversionistas sobre si se cumplirá la obligación.
El Salvador debe a los tenedores de bonos USD 382 millones en intereses este año, siendo julio el mes más pesado para los pagos ya que vencen USD 183 millones. En abril, la nación tenía USD 3.400 millones en reservas, según el banco central, y el gobierno planea recaudar USD 1.000 millones con el bono respaldado por bitcoin, aunque no está claro en este momento si la transacción se llevará a cabo.
El país también estaba en conversaciones con el Fondo Monetario Internacional, pero las negociaciones se estancaron después de que Bukele adoptara la criptomoneda como moneda de curso legal. Desde entonces, los diferenciales de los credit default swaps de la nación, un tipo de seguro contra pagos atrasados, han aumentado más de 20 puntos porcentuales, lo que implica una 87% de probabilidad de default en los próximos cinco años.
Compras y calificación
El lunes pasado, El Salvador anunció la compra de 500 bitcoins, su mayor adquisición hasta la fecha de la criptomoneda. En ese momento, pagó unos 31.000 dólares por unidad. El Gobierno compró las monedas a un precio promedio de US$30.744, dijo Bukele en Twitter.
Cuatro días antes de esa operación, Moody’s Investors Service puso luces de alerta sobre el país, rebajó su calificación crediticia y avisó que los bonos del país se arriesgan a sufrir grandes pérdidas.
La agencia recortó la calificación de la deuda externa a largo plazo de la nación a “Caa3″ desde “Caa1″, argumentando “una mayor probabilidad de un evento crediticio: reestructuración, cambio en dificultades o incumplimiento”.
“La rebaja incorpora la expectativa de Moody’s de grandes pérdidas materiales para los inversionistas antes de los dos próximos reembolsos de bonos”, dijo la calificadora de riego en un comunicado.
El Salvador tiene un pago de bonos de USD 800 millones que vence en enero de 2023, seguido de otro vencimiento en enero de 2025.
La rebaja “se debe en gran parte a la falta de un plan de financiamiento creíble, un factor que aumenta los riesgos crediticios derivados de un acceso restringido al mercado debido a los rendimientos en dificultades de la deuda externa de El Salvador”, dijo Moody’s.
Los diferenciales de los bonos externos en dólares de la nación se han ampliado a más de 2.200 puntos básicos por encima de EEUU lo que refleja un alto nivel de angustia. La dependencia del Gobierno de la deuda interna a corto plazo aumenta los riesgos crediticios, expresó Moody’s.
Con información de Bloomberg
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