El sargento del Ejército del Aire brasileño Manoel Silva Rodrigues, que fue detenido en junio en el aeropuerto de Sevilla con 39 kilos de cocaína en tres maletas, ha aceptado este lunes una condena de seis años de cárcel y una multa de dos millones de euros por delito contra la salud pública. La Guardia Civil detuvo al militar cuando formaba parte de la tripulación de uno de los aviones de la Fuerza Aérea Brasileña que utilizaba el presidente, Jair Bolsonaro, en un viaje rumbo a Osaka (Japón). La aeronave realizó una breve escala en Sevilla, donde Silva pretendía vender la droga.
Por EL PAÍS
El militar de la comitiva de Jair Bolsonaro detenido en Sevilla con 39 kilos de cocaína acepta seis años de cárcelDetenido en Sevilla un militar de la comitiva de Jair Bolsonaro con 39 kilos de cocaína
La cocaína, repartida en 37 tabletas en una maleta, un portatrajes y una mochila, tenía una pureza del 80% y un valor de 1,3 millones en el mercado, según los expertos policiales. “La persona que me lo entregó en Brasil me dijo que su destino era Suiza y que yo debía meterla en Europa. (…) Pasaba por dificultades económicas. Llevo 20 años en el Ejército y nunca he tenido ningún expediente, pero un militar en Brasil no tiene un salario bueno. Siempre compro cosas en mis viajes, como móviles, y las vendo para ganar algo extra”, ha alegado Silva durante el juicio celebrado en la Audiencia de Sevilla, que ha quedado visto para sentencia.
El sargento, expedientado por el Ejército del Aire y pendiente de expulsión, ha explicado que debía entregar la droga a un desconocido en un hipermercado Alcampo de Sevilla la tarde del 25 de junio. “Tenía que ir con ropa de camuflaje, con una camisa verde, y la otra persona me conocería por una foto. Íbamos a quedar en el Burger King y él me haría una seña. (…) Era la primera y única vez en mi vida que he hecho equivocadamente un acto así”, ha afirmado el militar, que asegura estar “profundamente arrepentido”. “Pido perdón al Estado y al pueblo español por meter eso en su país. (…) el castigo es justo”, ha añadido, informa Efe. El militar, en prisión preventiva desde su detención, prevé cumplir la pena en España y luego regresar a su país para estar con su familia, según ha dicho en la vista oral.
Los guardias civiles del control de aduanas del aeropuerto sevillano abrieron las maletas del militar después de pasar el control de rayos X y que este explicara que trasladaba queso, cuando “está prohibido introducir comida de origen animal de países fuera de la Unión Europea”, según ha aclarado uno de los agentes en el juicio. “Los ladrillos con la droga estaban apilados a modo de enciclopedia”, ha explicado el agente.
La Fiscalía ha rebajado su petición inicial de pena desde los ocho a los seis años de cárcel y de los cuatro a dos millones de multa, después de que el militar admitiera los hechos y mostrara arrepentimiento. El fiscal ha subrayado que el militar le ha parecido “sincero”. Las pesquisas para averiguar el destino final de la droga no dieron resultado. El sargento se declarará previsiblemente insolvente para eludir la multa impuesta por la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla.
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