El cargo más cuestionado en pandemia y el que más ha resistido las críticas ciudadanas dejó este viernes al Gobierno de Ecuador. El ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, presentó su renuncia ante la enésima controversia por el plan de vacunación contra la covid-19. Un día después de anunciar que el país accederá a un millón de vacunas Sinovac entre marzo y abril y de descubrirse que un reconocido periodista de radio había recibido su dosis sin ser parte del plan oficial de vacunación, Zevallos deja el ministerio y se va sin transparentar la que ya es llamada como lista VIP de vacunados. “Hay quienes solo ven errores. Respeto esa opinión. Yo prefiero recordar al ministro que aceptó la difícil tarea de conducir la salud del país en la peor crisis sanitaria que vive Ecuador y el mundo”, le despidió el presidente ecuatoriano Lenín Moreno en un mensaje en Twitter.
En la carta de renuncia, publicada por el propio mandatario, el ministro saliente defiende su gestión. “Entrego un país funcional que se anticipó a decisiones acertadas, que en muchos momentos se constituyeron en referentes para la región. Las políticas de Salud permitirán que hasta el fin de su Gobierno más de dos millones de personas estén vacunadas”, escribió Zevallos. El ahora exministro asumió el cargo el 21 de marzo, una semana después de que Ecuador entrara en cuarentena. Su predecesora había dejado el cargo criticada por falta de materiales de protección para los médicos y pruebas PCR.
Por su gestión pasaron los miles de muertos del inicio de la pandemia en Guayaquil, con decenas de ellos apilados y desatendidos en las calles ante la crisis funeraria que sobrevino tras el toque de queda nacional de marzo. Hay aún 62 personas que fallecieron hace un año y que no han podido ser identificados ni sepultados.
Zevallos es también investigado por la Fiscalía por presunto tráfico de influencias debido a la distribución de las escasas vacunas contra el covid-19 que empezaron a llegar al país en enero. Se había anunciado que serían más 50.000 en una primera remesa, pero aterrizaron 8.910 de Pfizer, que debían haberse distribuido exclusivamente entre el personal médico de primera línea y los mayores de 65 años que residen en centros geriátricos. Después, llegaron 16.500 y esta semana una tercera remesa de 17.500 dosis. Según los planes oficiales, en marzo debía iniciarse la vacunación masiva tras concluir las primeras fases de inmunización al personal de alto riesgo. Solo la apertura del Gobierno a comprar ahora vacunas fabricadas en China, pese a las reticencias iniciales, permitirá agilizar el proceso.
A la escasez, siguió el escándalo. En los primeros días de vacunación recibieron una dosis el propio ministro Zevallos, su madre y el presidente Lenín Moreno. “Lo hice en mi calidad de ministro de Salud, en mi calidad de doctor y en mi calidad de hijo. Lamento muchísimo y de manera muy profunda que mi presencia haya sido percibida de una manera negativa; si esto fue o no una imprudencia política de mi parte, no lo sé, no soy político, no entiendo de político”, se justificó días después.
La prensa y los ciudadanos han requerido constantemente a la cartera de Salud transparencia sobre la lista de vacunados preferenciales, una petición que siempre fue rechazada alegando confidencialidad en los datos de los inmunizados. Todo el gabinete gubernamental salió a defender al ministro. Un “extraordinario funcionario”, repitieron desde presidencia. Aún no se ha nombrado a su sustituto.
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